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Ficha del Festejo
Ya lo dice el titular, el décimo primer festejo del abono, se saldó con que dos de los jóvenes novilleros tuvieran que pasar a la enfermería, el uno por el corte de tendones en la mano izquierda que le sucedió al murciano Filiberto y las dos graves cornadas sufridas por el mexicano Luis David Adame quien tras matar a su primero fue premiado con una oreja de mucho mérito, por ello no pudo completar su primer compromiso en Las Ventas. El colombiano Juan de Castilla, tuvo que matar cuatro novillos, que primeramente estuvo muy solvente, cortando un apéndice en el sexto, que el público lo premió por su esfuerzo, decisión y solvente quehacer en toda la tarde.
 Solo Juan de Castilla pudo salir por su pie esta noche Duro y con peligro sordo fue encierro del Montecillo, con genio pero desrrazada y descastada, eso si bien de presencia, bien de cornamentas, de bonitas hechuras, pero que había que estar delante de ella a sabiendas que no era fácil triunfar. El peso medio en la romana fue de 479 kilos.
Hoy un cartel internacional, tres países y tres banderas; un representante por España, Filiberto, a Colombia la representó Juan de Castilla, que se quedó solo con el resto de la corrida y a México lo representó Luis David Adame, que hoy hacía su presentación en Madrid, Antes de romperse el paseíllo, se guardó un minuto de silencio por el aniversario de la muerte de Joselito el Gallo en Talavera de la Reina hace ya la friolera de 96 años.
El cartel y los novillos tenían un gran tirón, por ello la plaza era una hermosura de entrada que superó los dos tercios del aforo; contentos estarán los empresarios.
El novillero Filiberto tuvo una buena actuación con la franela, aunque las tandas fueron cortas, ya que el utrero tendía a rajarse como al final sucedió, lo intentó por ambos lados, pero no había tela que cortar, a tal punto que fue difícil matarlo, en uno de los envites y al final el de Murcia se cortó con el estoque la mano izquierda. Silencio en los tendidos y el novillero para la enfermería de donde ya no pudo salir.
 Poca materia era el 1º que lidió Filiberto antes de ser herido Otro tanto de lo mismo le sucedió a uno de los Adame, que fue corneado y de gravedad en el tercero de la novillada, novillo que brindó a sus hermanos que ocupaban unas localidades de barrera; los aficionados le otorgaron un trofeo tras una faena iniciada con dos cambiados por la espalda, siguiendo en los medios toreando por el pitón derecho que pronto llegaron al graderío, ligó por naturales corriendo bien la mano pero al tercero el utrero hizo por él infringiéndole una cornada, un torniquete, para aguantar hasta el final, estuvo muy por encima de su enemigo, terminó faena por manoletinas apretadas y consiguió matar al novillo de un pinchazo y una buena estocada que le valió la oreja, dio la vuelta al ruedo y pasó a la enfermería desde donde ya no pudo salir.
 El mexicano estuvo muy prolijo en su labor con el percal He dejado para el final la actuación de Juan de Castilla dadas las circunstancias, el de Colombia tuvo que matar nada menos que cuatro novillos, en el quinto dio la vuelta al ruedo, ninguno le dio facilidades, pero el joven torero estuvo muy dispuesto y solvente ante sus cuatro utreros, los mató de forma contundente y eficaz, ninguno de los tres anteriores fueron buenos, sin embargo el chaval pudo con el compromiso, estando siempre por encima de sus, ahora sí podemos decir que enemigos. El respetable viendo el esfuerzo, el coraje y la decisión del colombiano, supo ser muy sensible y tras la muerte del sexto, hondeó los albos pañuelos exigiendo la oreja a la autoridad, que la concedió cumpliendo con el reglamento, es decir el primer trofeo lo concede el público y en esta ocasión se lo merecía de todas todas.
 Una oreja paseó al final el colombiano tras solventar una tarde difícil De las cuadrillas: Fue aplaudido el picador Pepe Aguado cuando picó al novillo que abrió plaza. Saludaron montera en mano, Miguel Martín y Alberto Zayas de la cuadrilla de Adame; fueron aplaudidos Manuel Macías y Diego Valladar a las órdenes de Juan de Castilla.
Al retirarse las cuadrillas fueron cariñosamente despedidos, así como Juan de Castilla fue ovacionado.
Por las circunstancias ya aludidas nos quedamos a medias de ver, tanto a Filiberto como Luis David Adame, novillero que puede apuntar muy alto.
*Fotos: Muriel Feiner.
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