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Tarde de expectación que puso la plaza a reventar, en una tarde excelente en lo climatológico, algo poco habitual en esta feria. Este cartel creció en expectación sobre todo después de la tarde del pasado viernes donde resultaron triunfador el extremeño Alejandro Talavante y el peruano Andrés Roca Rey. Aparte de las ganas de ver al triunfador del escalafón novilleril, en esta plaza el año pasado, el también extremeño torero de dinastía Posada de Maravillas.
En este momento empezaron a desfilar sobreros... pues ni por esas Pero ni este cartel, ni las ganas que tenía la gente de presenciar una buena tarde, no sirven de nada si no hay toros. Lo que hoy ha pasado es que se han lidiado seis toros, aunque por los chiqueros hayan salido nueve animales, que eran todo lo contrario a lo que debería de ser un toro bravo. Esto contrasta también cuando por la mañana al ganadero Juan Pedro Domecq, se le estaba poniendo un azulejo en el patio de arrastre, homenajeándole por la mejor corrida de toros de la feria del año pasado. Pero este año no pudo repetirlo.
Con esto lo que pretendo es que los espadas aprendan a que deben de abrir el abanico de ganaderías que matan. Roca Rey ahora que ha llegado a la boca de los aficionados, no puede limitarse a matar este tipo de ganadería, espero que haya aprendido de la tarde de hoy.
Espero que ahora en algunos medios de comunicación, critiquen con la misma dureza el juego de los toros, tal como hicieron ayer con el ganadero Carlos Aragón Cancela. Pero ya veréis como el año que viene Juan Pedro Domecq vendrá con una o dos corridas y Flor de Jara seguro que ni aparecerá por ningún lado. Esta es la doble vara de medir que tienen algunos.
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