Cuesta abajo iba el octavo festejo del serial isidril, que tuvo lugar en el día de hoy con el primer día de no hay billetes en taquilla; el cartel y hasta los toros lo hacían prever, ya lo dijimos en la crónica de ayer; pero la corrida fue un auténtico desastre hasta que salió por la puerta de los sustos el quinto toro del hierro titular, que era un marrajo, pero que el mago de Badajoz Alejandro Talavante, con su pundonor, técnica y sus ya bien adquiridos conocimientos, supo sacarle partido a tal punto que arrancó un más que meritorio trofeo, ¡quien dijo! que no se puede triunfar con un oponente así, -pues se equivocó- de medio a medio; el otro héroe de la tarde fue el limeño Roca Rey, que por segunda vez desarrajó los cerrojos de la Puerta Grande de la Catedral del Toreo ya que el año pasado y siendo aún novillero ya lo hizo.

El extremeño paseó un trofeo de importancia

Por el gracioso comportamiento de los famosos toros de Núñez del Cuvillo que la tarde de hoy fueron una birria, la cosa pintó fea y encima tuvo que ser remendada con dos toros del Conde de Mayalde, ya que dos de los titulares fueron rechazados en el reconocimiento mañanero, ¿Cuál sería el motivo?; cosas raras veremos Sancho, ¡pero para nosotros no!, ya que siempre sucede el baile de corrales cuando aparecen las figuras y hoy era el primer día con ellos.

Empezaremos la crónica por abajo. El peruano Andrés Roca Rey se jugó la vida en el sexto, un toro de Mayalde peligroso y difícil, pero el peruano sacó ese valor pero consciente que atesora, así como todos los conocimientos adquiridos y también hay que dejar constancia  que le funciona la cabeza. De entrada se fue a los medios a brindar al público el sexto de la tarde, el limeño venía a por todas y conseguir el triunfo aunque le costara la vida. Ya con el percal dejó muy clara sus intenciones manejando con soltura el capote; iniciando faena por estatuarios inhiestos con las zapatillas atornilladas en la arena, luego dos muletazos por la espalda demasiado ajustados conectando con los tendidos, por el pitón derecho dos redondos rematados por detrás de la cadera y un forzado de pecho largo barriendo los lomos del animal, por el pitón contrario el morlaco no era nada claro, sus miradas aviesas eran para echarse a temblar pero el peruano lo aguantó sin pestañear convenciendo a todo el público, retorna a diestras y le enjareta una tanda en redondo que puso a todos los aficionados en pie, tras ganarle la partida al no fácil burel; el triunfo estaba en sus manos, solo faltaba despenarlo bien y se volcó sobre el testuz, dejando una estocada entera en el mismísimo hoyo del que salió muerto el animal trompicado. La plaza se llenó de los albos pañuelos de forma unánime y a D. Trinidad no le quedó otra que sacar los dos suyos, concediendo así los dos trofeos.  El toro primero confirmando alternativa con el hierro de Núñez del Cuillo, se llamó “Tortolito”, de capa negra marcado con el número 186, con 537 kilos de peso y nacido en diciembre del 2012; al que saludó con tres verónicas acompasadas, luego del segundo tercio, vino la ceremonia de confirmación, tras ella, se dirigió hasta la localidad que ocupaba el Rey emérito D. Juan Carlos para brindarle la muerte del toro de su doctorado. Iniciando faena con un cambiado por la espalda más un largo forzado de pecho, un par de derechazos con suavidad y un martinete, así poco a poco fue calentando a los tendidos, a los naturales le faltaron un puntito de emoción, supo improvisar rematando con pase por delante y por detrás, la labor perdió fuste por culpa del animal que se vino abajo, como colofón bernadinas apretadas. Culminó su labor matando de una estocada hasta los gavilanes eso si desprendidilla. Escuchando palmas tras el arrastre del cornúpeta.

Cambiados por la espalda y arrucinas sellaron los trasteos del limeño

Al torero extremeño Alejandro Talavante le tocó como primero de su lote, fue un toro muy justito de fuerzas que pegó tornillazos durante toda la lidia y con la muleta en mano y sin probaturas inició quehacer por naturales extraordinarios aplaudidos así como los redondos diestros, el toro al verse podido se desfondó y al de Badajoz no le quedó otra que despacharlo de dos pinchazos y media estocada en el rincón, acostándose el rajadito animal, certero el puntillero y para las mulillas.  El quinto no tenía fijeza alguna en sus embestidas siempre calamocheando, fue un marrajo y sin embargo el de Badajoz logró hacerse con el sacándole lo que no tenía, todo su quehacer de mucho mérito, primero por su entrega y disposición y luego por su labor por ambas manos, estando por encima del marrajo, llegó a los tendidos su firme y poderoso quehacer. Cogió la tizona, se perfiló se fue detrás de la espada dejando un estoconazo en todos los rubios y su enemigo sin puntilla. Por su torería el público no tardó en sacar los pañuelos pidiendo el apéndice que fue casi inmediatamente concedido por parte de la autoridad. Una oreja importante para su curriculum.

Talavante se hizo del jabonero

Al Padrino de confirmación, el torero francés, triunfador absoluto del San Isidro 2015, en esta ocasión vio la otra cara de la medalla, ninguno de los toros de su lote le sirvieron, ni el titular de Núñez ni el remiendo del Conde de Mayalde que hizo cuarto, ahora bien, el torero de Beziers estuvo muy por encima de sus oponentes, dejando intacto su caché, Pero no hay que desesperarse ya que aún le quedan tres compromisos más en éste San Isidro y seguro que conseguirá el triunfo al igual que el año pasado, yo personalmente confío plenamente en el gabacho ya que es un gran torero.

Y el francés con poca materia el día de hoy

Mañana coge antigüedad la ganadería Flor de Jara que serán lidiados y estoqueados por Robleño, Delgado y el mexicano Diego Silveti.

*Fotos: Muriel Feiner.