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Ficha del Festejo
Antes de dar comienzo el festejo séptimo del ciclo, tímidamente apareció el sol como diciéndonos -aquí estoy que no me he ido- y pronto brillare con esplendor, para calentar esos cuerpos serranos que tanto frío han pasado; luego cuando aparecieron los alguacilillos, el cielo se encapotó, empezó a soplar Eolo, ya en medio nos cayó una pequeña garua y la temperatura bajó algunos grados, o sea en cuanto al meteoro, pasó de todo.
Pero vamos a lo que vamos a lo que fue la séptima corrida del abono. Hoy yo tengo tres pesares que me entristecen sobre manera. El primero, ver como se hunde una ganadería que no ha mucho y en manos de su anterior propietario, tenían su encaste, nobleza y bravura, ahora es todo lo contrario, los toros de El Ventorillo, mansos, desrrazados y hasta complicados, de los seis nos recordó solo el quinto que fue un buen toro de los de antes y que fue ovacionado en el arrastre y por fastidiar al torero el público aplaudió al que cerraba plaza. El segundo pesar, es la grave cogida sufrida por el madrileño Gonzalo Caballero en el tercero de la tarde y por último, el tercero, el estrepitoso fracaso de “El Capea” a quien le tengo cariño ya que es el hijo de un gran amigo y figurón del toreo, Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea.
Una meritoria oreja paseó Morenito de Aranda Si no es por la estupenda actuación de Jesús Martínez Barrios, más conocido por Morenito de Aranda, la tristeza hubiese sido total y hubiéramos retornado a casa más bien cabizbajos. Pero como en esto de los toros suceden muchas cosas, al final las tristezas nos la compensó ese meritorio trofeo para el espada burgalés.
El Capea pasó la tarde entre dudas y pitos del público Abría plaza y también la cerró El Capea, que terminó naufragando ante su lote y en el que tuvo que matar por la cogida de su compañero, pitos, pitos y bronca monumental fue el resultado; nada gustó de lo que hizo y peor aún a la hora de despenar a sus “enemigos”. Creo que es mejor pasar un tupido velo sobre su pasar por el coso de la calle de Alcalá.
Morenito dibujó muletazos muy bellos A Morenito de Aranda, le tocó un toro malo y un toro muy bueno. Muy decidido se hincó ante la puerta de los sustos para recibirlo a portagayola que salió más que apretada, pero ya en pie, se lució con un ramillete de verónicas de manos bajas y acompasadas y he aquí la primera ovación en tarde tan desapacible; confiando en su oponente se fue a los medios para brindarlo al respetable, iniciando su toreo por bajo sumando una trinchera cartelera, a fuera con la muleta en mano izquierda intenta al natural, pero el morlaco se le vence teniendo que cambiar de mano pero el manso no da ninguna opción, voluntad puso pero con ese oponente no hay tutias. Cambia el ayudado por la espalda verdadera, lo cuadra para matarlo, pero pincha de primeras, en el segundo encuentro logra una estocada casi entera desprendida, pero que surte efecto, doblando el burel. Palmas. El segundo de su lote sí que era válido embistiendo con claridad, ritmo y nobleza, al que sólo lo recogió con el percal para luego enjaretarle bellas verónicas; ya en varas no apostábamos un duro, pero mira por donde rompió en el último tercio, ya en el inicio muleteril le tocaron las palmas y no digamos cuando ejecuta tres estupendos derechazos rematando con el doblete de pecho ovación al canto, va claro el toro y la faena va increchendo, por los dos pitones, bajando la mano y arrastrando el trapo por la arena, se deshizo del ayuda y también los olés fueron increchendo rompiendo en una sonora ovación. Toma la espada pero antes de entrar a matar hay un excelente colofón, cuadra al animal y entra a matar dejando tres cuartos de espada en muy buen sitio, doblando el toro sin remedio, los pañuelos afloran en todos los tendidos pidiendo un justo trofeo que la autoridad otorga. Vuelta al anillo devolviendo prendas.
Gonzalo Caballero sufrió un grave percance, pero no se fue hasta matar al toro Completaba el cartel el madrileño Gonzalo Caballero, que solo pudo matar a uno de su lote, el tercero por que fue corneado gravemente. De largo citó iniciando labor por alto, le dio el pecho al citar por derechas pero lastimosamente le tropezó el trapo rojo, cambió los terrenos, uno por la espalda un par de buenos redondos y al iniciar los naturales es cogido feamente, vimos como la sangre iba cubriendo la media de la pierna izquierda, pero el de Madrid no quiso retirarse a la enfermería, tomó el estoque, dejando un par de pinchazos, una estocada en buen sitio, pero hubo de usar el descabello hasta en cinco ocasiones, las facultades estaban muy mermadas, el público consciente ovacionó al paisano mientras era trasladado a la enfermería.
Con los garapullos destacaron Joselito Rus y Juan Carlos Aranda de la cuadrilla de El Capea, y de las filas de Caballero, Miguel Martín.
Y yo sigo con mis tres pesares. Mañana confirma alternativa Andrés Roca Rey apadrinado de Sebastián Castella y dando testimonio Alejandro Talavante; es muy probable que no se encuentren entradas en taquilla.
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