Ficha del Festejo

Con lluvia previa, sol y viento, se celebró la primera novillada de la Feria de San Isidro 2016; en ésta ocasión sí que la empresa Taurodelta fue previsora cubriendo con la lona el ruedo de la plaza, por ello fue posible llevar a cabo el primer festejo menor de tan largo ciclo.

Pero todas nuestras esperanzas ante el acontecimiento quedaron frustradas ante el encierro de la ganadería de “El Parralejo”, que venía precedida de una buena fama tras triunfar al inicio de la temporada en ferias importantes, por ello la plaza registró una magnífica entrada, algo más de dos tercios, pero aquí en la Capital del Reino fueron un chasco. También en el cartel estaban anunciados los tres novilleros punteros del escalafón y pese al tiempo incierto el público acudió sin reservas; fue una lástima que la novillada no terminara de remontar y no por culpa de los jóvenes alternantes, pero si por el comportamiento de los utreros.

El cartel tenía también su aliciente, primero por su posición en el escalafón menor, segundo trenzaban su primer paseíllo en la Catedral del Toreo y por último, dentro de pocos días tomarán la borla de Matadores, nada menos que en Nimes y con padrinos de campanillas, sus nombres. El  toledano Álvaro Lorenzo, el jerezano Ginés Marín y el castellonense Varea. Todos, y digo todos, nos desplazamos hasta la madrileña calle de Alcalá, esperanzados de ver una de esas novilladas que podía hacer historia; pero nuestro gozo cayó en un profundo y negro pozo; solo Álvaro Lorenzo logró dar una merecida vuelta al ruedo en el cuarto utrero de la tarde, éste sí que dio la cara por sus hermanos. No es que los jóvenes espadas defraudaran no, pero no tuvieron material para conseguir el triunfo a que venía más que dispuestos, ellos también salieron del coso defraudados, no era para menos.

Tras la expectación, triste fue el balance

Los novillos: muy bien de presencia, bonitos de hechuras, con un peso más que justo, con poca fuerza y sin nada dentro, el primer utrero pitado y los demás silenciados en el arrastre, con eso está dicho todo.

Álvaro Lorenzo estuvo más que aceptable en el saludo con el percal, inició faena con pases por alto ganándole terreno al novillo, pero luego no hubo transmisión y eso que obligó al utrero a embestir, el de Toledo desengañado pidió el estoque verdadero, dejando dos pinchazos y una entera desprendida, rematando con el verduguillo al primer golpe. Silencio para el novillo y para su matador.  Las tornas cambiaron en el cuarto, en que estuvo más centrado y bajando la mano en los redondos diestros, buenas formas en los naturales, tras otra tanda con la derecha se desplantó en la misma cara valientemente, en el epílogo fue volteado sin consecuencias, con las luquecinas llegó a los tendidos. Pasaportó a su oponente de una estocada hasta la gamuza pero un poco trasera, haciéndole falta el descabello pero en una sola vez; los pañuelos afloraron pero no los suficientes y todo quedó en una vuelta por el redondel.

Algunos pasajes aislados que terminaron en una discutida vuelta al ruedo

El primer utrero del jerezano Ginés Marín, era alto de agujas pero escasito de fuerzas y no descolgó la cara en ningún momento. El inicio de labor fue por estatuarios sin mover las zapatillas, en esos momentos molestó el viento desluciendo los muletazos, pese a ese inconveniente siempre estuvo por encima de su oponente, que terminó parándose, bernadinas para terminar algo embarulladas; pasaportando al animal con una media estocada algo tendida que le hizo pupa.  Su segundo, quinto del festejo, muy astifino descabalgó al piquero y no por bravo ya que en el segundo encuentro se repuchó. Franela en mano se dobló con mucha torería y en los redondos diestros le aguantó sus deseos de hacer carne, no siendo posible sacarle un pase por el pitón izquierdo, regresando a la otra mano y teniendo que forzar las embestidas porque el utrero se fue parando. Toma la espada de verdad dejando una estocada casi entera bien colocada que el animalito acusó inmediatamente.

En Madrid no pudimos ver a los novilleros punteros

El castellonense Varea tuvo que vérselas primeramente con uno de los novillos titulares que fue devuelto a los corrales y con el sobrero de José Vázquez, recibiéndolo con buenas verónicas, siendo mejor una media cartelera, pero éste novillo aún estaba más inválido que el anterior; al tercer muletazo por los suelos, midiendo por segunda vez la arena, intentó lidiarlo pero nada era posible dadas las condiciones del novillo, con un buen criterio tomó el arma toricida, dejando media estocada tendida a la que sumó un certero descabello. El mejorcito del encierro fue el sexto, un novillo agradable en todos los sentidos. A la puerta de los sustos se fue a recibirlo, pero no fue posible ejecutar el farol ya que el utrero se espantó y salió de najas; pero ya con la pañosa inició de buenas formas su labor con doblones poderosos, templó los pases diestros encajando el mentón y corriendo la mano, pases que llegaron a los tendidos por su rotundidad, le dio el pecho al citar por naturales ejecutando una buena tanda, lo mismo hizo por el otro pitón, descarándose ante los pitones llegando a conectar con los aficionados. Pero falló con los aceros que por lo que pudimos comprobar no es su fuerte.

De los pocos buenos momentos de la tarde

Los tres alternantes dieron muestra más que suficientes que están preparados y listos para ascender al escalafón superior.
De las cuadrillas: Fuertemente aplaudido el del castoreño Francisco Ponz de la cuadrilla de Varea picando al tercero. Saludaron montera en mano Iván García y Diego Valladar de la misma cuadrilla: Aplaudidos al bregar Javier Ambel y colocando los palos Jesús Díaz de las filas de Ginés Marín y también Raúl Martí a las órdenes de Varea.

Para Iván García fue la ovación de la tarde por sus pares de banderillas

Poco satisfecho salimos de esta primera novillada de feria por ese comportamiento de los seis utreros.

*Fotos: Muriel Feiner