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Hace mucho tiempo -y la verdad yo no se hace cuánto-, nuestro devenir camina como resultado de los resultados. Eso no estaría mal, si no fuera lo que nos rigiera la mayor parte del tiempo-circunstancia. Como tampoco les parece, a los afectados de a veces, tan mal cuando salen beneficiados. Sin embargo es así; resultados, como representaciones que intentan sintetizar sin la menor duda.
Y entonces, nos quedamos, muchas veces, como hoy, con una percepción no tan fiable, por lo sesgada, de lo que ha ocurrido.
El presidente Julio Martínez cometió esta tarde dos errores. El primero, abrirle la Puerta Grande a Andy Cartagena luego de una actuación lejana de tal resultado. Tras de ello, Diego Ventura superó lo hecho por el caballista de Benidorm. No obstante, el presidente premió con menos.
Dos errores y un resultado marcaron la tarde, sin que lo que ese resultado nos indique, lo que en realidad ocurrió dentro del ruedo. Lo peor no son esos dos errores, o que la final quien apareciera en la foto por la calle Alcalá fuera el equivocado. Lo peor es que lo damos por bueno, y es eso a lo que le damos juego; no solo hoy, sino tarde a tarde. Nos hemos dedicado a darle la primicia a la estadística y no a lo que, puertas adentro, es verdadero y nos emociona.
 'Sueño' un caballo que ha dado una vuelta en Madrid. Foto: Lasventas Que si era de rabo, o no, de pronto qué más da. Si era de rabo, dejó de serlo al pinchar. Pero si la actuación de Diego Ventura es, hasta hoy, lo mejor que ha hecho en Madrid, lo recordaremos, y no por la oreja.
Yo, de hoy, recordaré que una vez, más Nazarí es un “tocado de dios” y Sueño, parece ser un sueño hecho realidad.
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