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Ficha del Festejo
Rara avis, la plaza de Las Ventas no logró llenarse en el primer festejo de rejones del serial y eso que el cartel sí que valía la pena, los tres caballeros rejoneadores tenían mucho tirón, quizás la tarde entoldada y amenazando lluvia retrajo a los amantes de éste bello espectáculo y eso que al final la lluvia no apareció por ningún lado.
 Cartagena salió por la Puerta Grande. Foto: las-ventas.com Una vez más y con esta van unas cuantas, D. Julio Martínez, Presidente del festejo, cometió un imperdonable fallo, negando el segundo trofeo pedido por unanimidad para Diego Ventura, por ello la bronca fue monumental para quien hoy ocupaba el palco de la autoridad, negando así una nueva Puerta Grande esta vez a un rejoneador. A Manuel Manzanares le tocó el más deslucido lote de los pupilos de Dª María Guiamar y por esa razón se fue de vacío.
El rejoneador alicantino Andy Cartagena estuvo cumbre en el cuarto toro del festejo, no sólo demostró ser un consumado caballista, sino que toreó a caballo magníficamente, enardeciendo al público que hasta la llegada del cuarto toro estaba más bien dormido, por el poco juego que dieron los tres primeros toros portugueses; pero tras la actuación del rejoneador alicantino que no sólo logró llegar a todos y cada uno de los aficionados que hoy llenaron las dos terceras partes de las localidades del coso madrileño. ¿Qué hizo?, para que los aficionados pidieran los trofeos, ¡creo que de todo!, toreando estupendamente con las colas de sus cabalgaduras, dejando un rejón de castigo en lo alto del morrillo, clavando los palos también en lo alto, citó siempre a la distancia, llegando y quebrando en la misma cara del burel, ejecutando estupendamente el tercio de banderillas las largas como las cortas que fueron al violín en una perra chica, poniendo a todo el público en pie, completó tan estupenda labor con un rejonazo en todo lo alto; los blancos pañuelos llenaron todas las dependencias del coso capitalino y a D. Julio no le quedó otra opción que sacar también los dos suyos, concediendo así la Puerta Grande a Cartagena.
Poco fácil se le había puesto a Diego Ventura, pero el luso-español, no quiso que le ganaran la pelea y en el lidiado en quinto lugar, sacó toda su batería no solo de caballos sino todos sus conocimientos profesionales, arriesgando mucho las carnes de sus jacas toreras, se lució en los tres tercios, recibiendo muchas ovaciones no solo de sus siempre seguidores sino también del resto del público que admiró toda la capacidad del caballero rejoneador, clavó banderillas citado al toro desde muy lejos y cuarteando muy cerquita de los pitones, al decir de los aficionados habituales a éste espectáculo, posiblemente sea la actuación más torera que ha realizado en Madrid, de todo hubo durante su labor, incluso sus alardes histriónicos a lo que ya nos tiene acostumbrados, que estuvo cumbre, no puedo negarlo ya que hay que ceñirse a la verdad de lo visto, hipnotizó a toda la concurrencia que tras dar muerte a su oponente de un pinchazo sin soltar y un rejonazo, el toro salió muerto sin puntilla; la plaza entera se llenó de albos pañuelos pidiendo los trofeos; pero la autoridad competente solo concedió una oreja, tuvo que dar dos vueltas al anillo la segunda acompañado de su caballo “Sueño” que fue un artífice monumental para el triunfo de su amo, el público a gritos pedía la otra oreja, tras las dos vueltas al ruedo, la bronca al Presidente fue de órdago a la grande. Pero D. Julio ni se inmutó.
Fue una auténtica pena que el más joven de los rejoneadores, Manuel Manzanares, se fuese vacío, pero también fue una pena que en el sorteo mañanero sus subalternos sacaran las bolitas del sombrero con el lote de menor lucimiento del encierro; pero de todas maneras, demostró que es uno de los rejoneadores que dará mucho pero mucho que hablar, pero con otros toros que sirvan para tal espectáculo; otra cosa a destacar es el buen manejo de la hoja de peral a la hora de despenar a sus oponentes. En otra ocasión será y habrá más suerte en el sorteo.
Y hasta aquí lo sucedido en el segundo festejo del San Isidro 2016.
En anteriores crónicas hemos finalizado con eso de decir la verdad ya que nos hace libres, pues hoy quiero aclarar, que en el día de ayer, quien narraba el primer festejo dijo, que el grito fue de viva España y no el que de verdad escuchamos y fue Que viva El Pana, creo que quienes nos dedicamos a estos menesteres tenemos la obligación de tener más cuidado con lo que decimos.
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