Para festejar el día del niño, algunos papás se llevaron sus hijos a la segunda corrida de feria que se efectuó en El Relicario de la ciudad de Puebla.
Inclusive, después de que los diestros partieron plaza, un grupo de chiquillos dio la vuelta al ruedo acompañados de los toreros participantes, todos diciendo: ¡Sí a los niños en los toros!
Los chavales fueron a los toros Papas e hijos se emocionaron observando a los recortadores españoles, una tercia de jóvenes que realizan acrobacias muy parecidas a las que hacían hace cuatro mil años las mujeres de la época minoica.
Aplaudieron la monta del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza que se enfrentó a un toro muy bravo.
Fueron testigos del arrojo de Federico Pizarro quien estuvo muy valiente.
Desde luego, observaron al diestro Arturo Saldívar jugarse la piel ante dos toros muy difíciles.
Esos papás llevaron a sus hijos a la plaza porque están convencidos que sus retoños no se van a convertir en malas personas cuando crezcan, al menos no por causa de la tauromaquia.
Además los chavales fueron testigos presenciales de una de las últimas corridas del recinto taurino que, según dicen, va a ser demolido. El Relicario fue parte de una época, no sólo de la historia torera; el coso de Los Fuertes ha sido parte de la historia de nuestra querida Angelópolis. Muchos de esos padres que hoy llevan a sus hijos, fueron de la mano de sus propios progenitores, sólo cumplen con una ley de vida.
Foto: Juan Ángel Sainos.
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