Ante menos de media entrada se llevó a cabo la 1ª corrida de feria. Se lidiaron seis toros de Bernaldo de Quirós, sin trapío y de cornamenta apenas visible, sosos y descastados en conjunto; pitados en el arrastre 1º, 4º, 5º y 6º.

Diego Urdiales: leves palmas en su lote

Arturo Macías El Cejas: leves palmas tras un aviso y silencio

Armillita IV: pitos en su lote.

Ver anunciada la ganadería Bernarldo de Quirós no es motivo de alegría pero confirmar porqué a sus animales los llamamos bernalditos es aun peor. Seis toritos, unos muy gordos que no se pudieron mover, pero todos sin trapío, desclasados y con unos cuernos que apenas podían verse. Un petardo en el que también participó la terna.

Primero Diego Urdiales porque aunque estuvo mucho tiempo delante de sus astados tratando de sacarle pases a los inamovibles novillos no es el torero que la afición quiere ver, no es el Urdiales de Bilbao o Madrid, y no lo será no sólo porque nada se repite de la misma manera sino porque con ese apoderamiento que aceptó es utópico pensarle delante de corridas serias en México, de lo que se trata con ellos es de torear mucho y a cobrar. Ojalá, quieran los astros que la cosecha riojana se salve.

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El segundo del cartel en contribuir a lo feo de esta tarde fue Arturo Macías, magistral en el destoreo y el show, lo bueno que ni los rodillazos le valieron para hacer sonar la Pelea de gallos y cortar orejas; esta tarde no fueron salvación esos pequeñajos sin peligro que se dejan pegar muchos pases.

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Sobre el tercer alternante lo más sobresaliente es que portó un terno muy bonito, yo no sé si muy en el fondo Fermín Espinosa Armillita IV quiera estar delante de los “toros”, lo que si es que no se le nota en el ruedo, no se le ven las ganas. No se le ven tampoco las formas, nunca encuentra la distancia, se acerca lo menos posible y todas esas características de la antiestética. Total que hoy ya ni los creyentes de la genética se sintieron convencidos y él intentó ya muy pocos desplantes; ya ven cómo el toro, por muy bobo y soso que sea pone a cada quien en su lugar, ya se ve ahí cómo cualquier toro descubre un mal torero.

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La entrada fue demasiado pobre por tratarse de la primer corrida de feria, pero es entendible que haya quienes no quieran pagar un aumento en su boleto y pasar una tarde donde ni los toros ni los toreros emocionan.

De lo que fuimos testigos hoy es para el olvido si lo ponemos en el plano de la trascendencia, pero para mantener la alerta si queremos una plaza de primera; para eso hay que ir y exigir, protestar lo necesario siempre.

*Fotos: Luis Humberto García 'Humbert'