La tauromaquia es la fiesta de los toros, el toro es el actor fundamental de ella, sin él es imposible que se pueda desarrollar una corrida. Sin él aparece: La Nada. Hoy los aficionados han tenido que soportar una tarde soporífera, indecente en la que veían como cada toro que salía por toriles manifestaba una falta de fuerzas increíbles, algo que es difícil de entender tratándose de un animal fiero, duro y criado en estado semisalvaje… Alguien nos tendrá que explicar el porqué alguna vez. Estos hierros, predilectos de las figuras del toreo, a fin de cuentas son un seguro para ellos. Una tarde como la de hoy no perjudica en absoluto a una figura consagrada, sencillamente se va con su esportón vacio y pare usted de contar. Pero, con este tipo de toros que o dan juego o se paran, no se corre el riesgo de encontrarse titulares al día siguiente de que los toros han estado por encima de los toreros, los toreros siempre saldrán favorecidos, embistan o no. Hoy se ha lidiado un encierro de Jandilla y Vegahermosa, más un sobrero de Albarreal; de irregular presencia, bajos de ella los tres primeros y más aceptables los segundos del sexteto; faltos de casta y poder en su totalidad. Una tarde en la que los caballos de picar han estado de adorno. Una verdadera escombrera. Estocada de Urdiales. Foto: Lamaestranza Hay que destacar de la tarde, las cuatro estocadas de Urdiales y López Simón, y, el trabajito que le cuesta a Morante el irse detrás de la espada, aunque en su segundo ha estado habilidoso. Poco más ha pasado hoy…
Diego Urdiales ha estado buscando el toreo toda la tarde, pasó del tanteo a detalles y más tarde a destellos de buen gusto, un par de redondos de trazo exquisito y alguna trinchera fue todo lo que pudo sacar de su marmolillo primero. En su segundo todo se quedó en buenas intenciones y alguna pincelada suelta. López Simón intentó sacar agua de dos pozos secos, con lo que consiguió el favor del público en momentos. En ambos planteó una faena de entrega a la que sus oponentes no respondieron. Morante además de hacer el paseíllo, se abrió de capa en sus dos toros en el saludo, sucio salió el primero y descoordinado el segundo, no fue óbice esto para que recibiera sus correspondientes oles diferidos o con carácter retroactivo. La tarde ha sido un tostón y de los gordos. Dice una frase acuñada por la afición de Madrid: “Sin toro nada tiene importancia”. |