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En tarde soleada y agradable con lleno en los tendidos, se llevó a cabo la novillada inaugural de la temporada novilleril 2016 en Hidrotermápolis. Se lidiaron seis novillos; cinco de La Muralla, desiguales en juego y presentación, palmas para el primero y pitos para el tercero cuando fueron arrastrados; un ejemplar de La Playa que sustituyó al que salió segundo y fue devuelto a los corrales luego de ser protestado, este fue de pobre presencia y soso.
Ángel Espinosa Platerito: palmas
Andrés Suárez del Real: silencio
José Zavala: silencio
Javier Castro: una oreja con división de opiniones
Rodrigo Zepeda: división de opiniones tras aviso
Leonardo Ibarra: leves palmas
Foto archivo Fue un buen día para regresar a casa, el calendario dice que hace ochenta y nueve años, en Macondo nació un niño con memorias de sus putas tristes, el carismático y taurino Gabo, quien desde la eternidad ve cuanto evento taurino hay. Desde allá seguramente se alegró de ver Hidrotermapolis bañada de sol y con muchas personas andando para llegar a la cita de hoy.
La temporada de novilladas 2016 que es la de los ciento veinte años de la San Marcos les tocó inaugurarla a Gente Buena número 309 con 391 kilos y al joven Angel Espinoza Platerito. En el primero de la tarde el frasco de esperanza está lleno y con esta esencia a tope pusimos los ojos en el zacatecano que bregó muy suave aunque después ya no se enteró de nada, el de La Muralla era chico, tenía justas las fuerzas pero si que tenía la clase suficiente para que pudiera hacerle faena; no quiso o tal vez de plano no pudo pero se le fue en hacerlo pasar y repetimos, eso no es el toreo. Mató con un bajonazo y gracias a la generosidad del público escuchó palmas. En este turno llamó la atención que para cubrir el tercio de varas sólo salió un picador, el de la contraquerencia, menuda manera de irrumpir la liturgia, ojalá no se repita.
San Marqueño haría de segundo sólo que comenzó a ser protestado después de verlo perder las manos por lo menos tres veces antes de la suerte de varas, el juez, fiel a su costumbre, aguantó y hasta que ya estaban en la arena los picadores, peor aun cuando el novillo acometía en el caballo, ordenó la devolución de este a los corrales. Después de la rechifla para el picador que no vio el letrero, salió Playero, un animal feo no sólo por lo capacho que ya es mucho decir, a eso agregarle lo soso aunque no sé si más que el novillero Andrés Suárez del Real que jamás paró pies, ya no hablemos de parar al novillo, perdido y sin solvencia no sabía que más hacerle a lo que estaba delante de él, demasiados minutos sin hacer que pasara algo. Escuchó silencio.
Después tocó el turno a José Zavala quien se unió al grupo de sin pena ni gloria, anduvo delante de Hidrocálido sin ganas de nada, se aburrió y ni para adelante ni para atrás, varias tandas con un poco de técnica pero sin sabor. El becerro corralón sin casta fue pitado en el arrastre y el de Puebla escuchó silencio.
Animado por verse acartelado, infiero también que por ver como sus compañeros no habían logrado nada, Javier Castro salió a triunfar. Las verónicas para el recibo y con la muleta de rodillas para iniciar una faena a la que el juez le otorgó una oreja. Que quisiera triunfar me parece natural, la manera en que lo ha hecho no porque deja mucho que desear que un chaval que empieza; torear con el pico de la muleta no es estético ni de valientes, no está en los cánones ni en el diccionario de quien se juega la vida porque quiere trascender. Lo peor es que Ignacio Rivera Rio le otorgó arrastre lento a un animal que de manso terminó en tablas.
Por lo que toca a Rodrigo Zepeda, se equivocó de lugar, pero ya dicen que tanto peca el que mata la vaca… Cosas mejores esperábamos al ver la variedad de pases con su capote y la alegría con la que cubrió el tercio de banderillas; lo peor fue con la muleta, un joven sin estructura, sin ideas, ya no hablemos de parar los pies. Ni la San Marcos ni las plazas de toros son lugares para hacer show, los circos y algunos espacios públicos si, ojalá pronto se convenza que allá no hay problema si le pega la gana ser curioso y causar risa, qué desfachatez venir desde Texcoco para cachondearse de la fiesta con pases inventados ante un novillo bravucón. Al terminar su mofa luego de un aviso, tuvo la suerte de dividir la opinión del público.
Otro con suerte fue Leonardo Ibarra quien después de no poder concretar nada en su faena escuchó algunas palmas. La disposición no lo es todo hay que tener cualidades, ya se verá si progresa este muchacho.
Será revitalizador que en las próximas novilladas de selección aparezcan jóvenes con ganas de ser toreros, de comerse el mundo y para ello ponerse entre los pitones y demostrar que saben del oficio.
El próximo domingo veremos también una novillada de selección, el cartel son: Rafael Reynoso, Héctor Gabriel, Luis Manuel Castellanos, Patricio Ochoa, Alejandro Fernández y Fernando Vázquez con seis novillos de Cerro Viejo, nos leeremos hasta entonces, mientras, aguarde con ilusión los días que faltan para estar en la San Marcos una vez más.
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