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Ya sabemos que las ocurrencias de Chuchito Morales en el biombo de la “autoridad” sólo sirven para seguir desvirtuando el nulo prestigio de la Plaza México, con orejas a diestra y siniestra, otorgadas sin criterio ni seriedad; sin embargo, hay que reconocer lo buen torero que es Juan Pablo Sánchez y disfrutar su toreo artístico, fresco y de mucha calidad. Realizó dos faenas interesantes -desde luego mejor la primera que la segunda- que quedan por encima del relajo del juez de plaza.
Alejandro Talavante también es un torero artista, muy personal y con mucho oficio, pero en esta ocasión no logró redondear su actuación y todo quedó en aproximaciones y una que otra pincelada.
El que naufragó por completo fue Arturo Macías que no encontró eco ni siquiera con el recurso barato de torear de rodillas; lo peor fue su mal tino con los aceros y el escaso público que asistió al coso capitalino se lo reprochó con fuerza.
Hay que destacar una muy buena actuación de Gustavo Campos con las banderillas que le valió una salida al tercio muy merecida.
Para el próximo domingo se anuncian “Teofilitos”... a ver cómo nos va.
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