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Hay un manifiesto descontento por parte de algunos periodistas, profesionales de la actividad taurina (matadores de toros, subalternos, apoderados entre ellos don Manolo Lozano quien tuvo que devolverse para España, ignorado por la empresa) y aficionados en general por las restricciones que se vienen realizando en cuanto acreditaciones y visitas a las instalaciones de las oficinas de la plaza en donde hay orden de NO dejar pasar a nadie mientras no sea anunciado con el funcionario al que se va a visitar.
Ahora hay impedimentos para acceder a las instalaciones administrativas Somos respetuosos de las normas y medidas que se toman pero en vez de haber espacios abiertos sin restricciones para que los aficionados, nuevas generaciones que quieren conocer las instalaciones de la plaza y público en general puedan tener acceso a ellas, lo que se hace es cerrarles las puertas, castrando las posibilidades de poder contar con nuevos aficionados.
En épocas pretéritas el solo hecho de poder admirar las cabezas de los toros destacados en las ferias de años atrás que se exhiben en los pasillos de las instalaciones administrativas junto con las esculturas y fotografías de los toreros que han hecho el paseíllo en “Cañaveralejo”, fijaban posturas en favor de la fiesta, por quienes querían comenzar una vida de aficionado; hoy NO. “Para donde va”… “A quien visita”… “Porque lo visita”… “Para que lo visita”… Y un sinnúmero de interrogantes que hace el vigilante de turno, ordenado por sus superiores a quien quiere por lo menos conocer y empaparse de los intríngulis de una fiesta que más pronto de lo que se esperaba está feneciendo por las políticas antipáticas de impedimento, coercitivas y restrictivas que generan rechazo y repudio de los afectados.
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