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Segundo jueves taurino Temporada Grande 2015-16 de la Plaza de toros México, anunciado como "Corrida de la Unión Mexicana de Toreros A.C.". En noche gélida y lluviosa, y con una entrada histórica (unas setecientas personas,
la peor que he visto), se lidiaron seis toros de D’Guadiana, que fueron de más a menos en presencia, que ofrecieron
juegos variados con distintas dificultades. Los seis pelearon en el caballo.
Actuaron cuadrillas completas al mando de los matadores de toros:
Antonio Romero (confirmó su alternativa de manos de Francisco
Marco con el testimonio de Alejandro Martínez Vértiz): palmas tras un aviso.
Francisco Marco: abucheos tras tres avisos.
Oliver Godoy (confirmó su alternativa apadrinado por Alejandro
Martínez Vértiz. Fue testigo Juan Antonio Adame): silencio.
Alejandro Martínez Vértiz: división de opiniones tras aviso.
Juan Antonio Adame: pitos tras dos avisos.
Lupita López: vuelta tras petición.
Otro jueves taurino de confirmaciones extravagantes.
Ahora con una fracción de la entrada del anterior, con un frío todavía peor, y,
además, con lluvia. Lo más destacado: la corrida de D’Guadiana que, excepto por los que hicieron tercero y quinto, dio
juegos interesantes, aunque con poco dulce para los toreros. En el caballo, la
corrida cumplió cabalmente, y puso en aprietos a todos los picadores. Casta
hubo, quizás faltara esa bravura que hace de los toros locomotoras en busca de
muletas muy toreras. Aun sin ello, hubo cuerdas para tocar.
Abrió plaza Antonio
Romero, quien tuvo una confirmación digna, en la que alcanzó a templar,
principalmente por la mano izquierda, la embestida intermitente de Libertador –n.5, 531 kg.- Sin embargo,
se puso pesado con la espada y escuchó un aviso.
El confirmante tuvo buenos momentos. Francisco Marco, primer espada y padrino de solo una de las
confirmaciones, tuvo en suerte a Arbitrario
–n. 2Z, 480 kg.- feo de tipo, cárdeno y desarrollado. Su juego fue por demás
duro, y exigió poder y dominio. Sin embargo, el navarro no lo quiso ni ver y
anduvo entre dudas y precauciones. Sin haberle podido al encastado Arbitrario,
que estaba todavía entero, se tiró a matar con resultados predecibles. Armó un
mitin y le tocaron los tres avisos, tras los cuales todavía intentó descabellar
en una ocasión, y acabó por venírsele la plaza encima. Abucheos. El toro acabó
doblando sin que su lidiador hiciera por taparse como debió haberlo hecho en el
momento justo en el que sonó el aviso.
Francisco Marco tuvo una actuación triste. Amparado –n.2V, 520 kg.- fue para el confirmante Oliver Godoy, de buen paso como
novillero en esta plaza, quien recibió los trastos de Alejandro Martínez
Vértiz, segundo espada. El jalisciense acortó las distancias con el toro más
aplomado del encierro, y pasó entre poco y nada. Silencio si descontamos las
palmas de su porra.
Godoy confirmó de manos de Martínez Vértiz. Alejandro Martínez Vértiz estuvo en Alejandro Martínez Vértiz con el más
presto para el lucimiento de la tarde, llamado Bravo del Norte –n. 13, 526 kg.- e incluso extrajo un par de
naturales ligados. Montó otro mitin con la espada y se retiró entre división de
opiniones, aplaudido por los que lo iban a ver y pitado por el resto, tras un
aviso.
Buenas peleas en el caballo. Desde Monterrey vino El Bala, Juan Antonio Adame,
quien se llevó en el sorteo a Deudor -n.
6, 544 kg.- ante el que no se pudo imponer. Aunque el toro iba, tampoco fue un
prodigio al embestir. Pitos tras dos avisos a una labor larga.
El Bala, sin suerte. Lupita López reapareció en México con No que No –n. 23, 500 kg.- ante el que estuvo honesta, por lo que
quedó a merced de los parones del toro en más de una ocasión. Antes ya se había
llevado una fuerte voltereta al recibir de rodillas por largas cambiadas
ligadas, en un momento en el que el toro también se llevó a Adame, que salió a
hacer el quite. Algún pase suelto muy acorde a sus condiciones taurinas
consiguió Lupita, que tenía al público de su lado. Hizo la suerte de matar con
espectacularidad y dejó un estoconazo, tras el cual cayó patas pa’ arriba el
marcado con el antiguo hierro de don Jesús Cabrera. Se desató la petición de
oreja y el juez Gilberto Ruíz Torres se
guardó el pañuelo acertadamente. A ver si es acertado más seguido, incluidos
los domingos. De nada sirve intentar recuperar la dignidad de vez en cuando, y
solo cuando torean los poco favorecidos por el sistema. A ver si de ahora en adelante se niegan las
orejas parejo a todos.
Lupita, premiada por la Unión Mexicana de Toreros. Por su parte, Lupita dio una vuelta arropada por
quienes le hicieron el Tancredo al frío y a la llovizna que continuaba cayendo
al filo de las once de la noche, cuando, por fin, se acabó el festejo.
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