Pero
para los que sigáis la temporada, os habréis dado cuenta de que esto no es excepción
sino que es una tónica habitual. Le han tocado en todas las plazas donde le he
podido ver toros muy complicados y exigentes, a excepción del de Miura de la
Feria de San Isidro, con el que se pudo gustar y realizar el toreo que lleva
dentro. Pero en ningún momento le hemos visto a merced de ninguno de sus toros.
Completaban
el cartel dos toreros maños, con reconocimiento y cariño en este coso. Antonio
Gaspar “Paulita” un torero con gusto y buen concepto del toreo, pero que este
año sufrió una durísima cornada en la plaza guipuzcoana de Azpeitia. También se
anunciaba Ricardo Torres, un diestro que torea muy poco, este era su segundo
festejo de la temporada, ambos en esta misma plaza.
El
murciano ante el que abría plaza, un animal muy serio y con bastante cuajo por
delante. Lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio y le dio
unos dignos lances a la verónica de recibo, lo que remató con una chicuelina y
una revolera. En el caballo la res no rompió y en la franela por el pitón
derecho medio se tragaba algún lance a desgana, por el pitón izquierdo no tenía
absolutamente nada quedándose bastante corto y tirando la cara alta al final
del lance. El espada dio la cara, en la primera serie con la mano derecha le
estuvo corriendo bien la mano, parecía que la res podía servir, pero en la
segunda por el pitón izquierdo le volteó de manera muy aparatosa y
causándole un fortísimo golpe en la espalda. A pesar de lo mermado que
estaba físicamente volvió a la cara de su oponente, para darse un arrimón con
la mano derecha, exprimiéndole y dando mucho la cara. Lástima que por los
fuertes dolores que tenía, fallara con los aceros. Se quedó en una fuerte ovación.
Cuando
mató a su primer toro, se retiró a la enfermería. El médico comunica que se
había fracturado una costilla flotante, pero el diestro estaba convencido que tenía
que salir como fuera a matar al cuarto toro de la tarde.
Con
el cuarto de la tarde, en lugar de amedrentarse, lo volvió a recibir con una
larga cambiada de rodillas en el tercio y le propinó otras bellas verónicas
ganando terreno a los medios, esto lo remató con dos dignas medias verónicas y
una revolera. La res fue tres veces a los del castoreño y desde el inicio de la
faena de muleta la res parecía que iba a ser una alimaña, luego el espada le
supo robar unos lances que el público no sabía cómo pudo ser posible. El inicio
de faena de franela, llegó mucho a los tendidos, con el espada bregando por abajo
ante un animal que era muy exigente, reponiendo bastante pronto. Cuando todos
creíamos que lo iba a machetear y a retirarse a por los aceros, le estuvo dando
series por el pitón izquierdo. Lances desde la corta distancia y exponiendo
bastante. En la tercera serie al natural, la res le volvió a voltear de manera
muy aparatosa y en el suelo se enceló mucho con él, tuvo que ser atendido un
tiempo en el callejón, ya que difícilmente se mantenía en pie. Pero acudió a la
cara del toro para matarlo, le dejó una estocada entera en lo alto, quizás un pelín
trasera.
En
este cuarto toro a Rafaelillo se le premió con una oreja, en reconocimiento a
todo lo demostrado en la tarde de hoy. Se volvió a retirar a la enfermería en
volandas, ya que no podía ni andar, lo dejo todo en el ruedo.
Anunciado
en segundo lugar estaba el maño Ricardo Torres, que se llevó el lote un pelín más
potable de la tarde. Ante el segundo de la tarde, un toro que tuvo cierta
bondad y nobleza, pero le faltó bastante más acometividad y codicia en sus
embestidas. El espada fundamentó la faena al natural, es verdad que tiene bastantes
defectos, cosa normal de lo poco que torea. Pero por momentos, de manera
aislada no le corrió las manos. Por el pitón derecho en las dos series que le
propinó, estuvo un poco a merced del animal. Con los aceros no estuvo acertado,
le dejó dos pinchazos y una estocada casi entera bastante baja de colocación.
Con
el quinto de la tarde, un animal que también iba y venía, pero que en ocasiones
tiraba la cara alta al final del lance de manera deslucida y le faltaba bastante más
casta y raza. En este animal al espada le vio con un poco más de precauciones y
dudas. Llevando muy al hilo del pitón, dejándose enganchar en varias ocasiones
la muleta. Cosa comprensible, cuando solo ha toreado este año dos veces. Lo que
sí que dejó fue una buena estocada en lo alto.
Cerraba
cartel el otro de Zaragoza, Antonio Gaspar “Paulita”. Al tercero de la tarde no
terminó de cogerle las teclas. La res le estaba pidiendo cierta distancias en
el cite y que se lo sacara un poco más a los medios. El espada, se pudo
equivocar al plantearle la faena en el tercio y ahogarlo un poco. A pesar de
ello lo estuvo intentando en diferentes series por ambos pitones.
Con
el ultimo de la tarde, un animal que iba y venía pero sin terminar de emplearse
y faltándole un poco más de entrega y acometividad, incluso en ocasiones estaba
un poco parado y agarrado al piso. Paulita en este animal estuvo un poco más
digno, corriéndole bien la mano por momentos por el pitón izquierdo, pero faltó
mucha más continuidad y ligazón en los lances. Pinchazo que precedió a la
estocada casi entera trasera de colocación y dos descabellos.
Para
concluir la reflexión final, que me hacía un aficionado al salir del coso,
¿Realmente el escalafón refleja los méritos realizados por los matadores de
toros?
Rafaelillo estuvo hecho un héroe antes de ser volteado
Y también después
Tras ser feamente volteado de nuevo en su segundo, siguió para darle muerte
Ricardo Torres mostró por momentos su buen concepto
Paulita con el capote