Con casi tres cuartos de entrada, se han lidiado toros de El Vellosino, flojos y desrazados.

Uceda Leal, silencio y silencio

Eugenio de Mora, silencio y aplausos

Gonzalo Caballero, saludos tras aviso en ambos.

Gonzalo Caballero, que tomó la alternativa, saludó en sus dos toros

Créanme mis queridos lectores, que para un profesional ya con muchísimos años de experiencia en este oficio y aunque parezca mentira, le es muy difícil escribir de toros, cuando no hay nada destacable que contar tras un festejo aburrido y anodino como el de hoy y como no soy amigo de inventarme cosas o dar coba a los empresarios, ganaderos o toreros, les soy muy sincero, pero por amor a la profesión y sobre todo a la maravillosa fiesta taurina, voy a tratar de reseñar lo ocurrido en el tercer festejo de la mini feria otoñal de Madrid.

Menudo petardo ganadero los toros de el “Vellosino”, otra mansada más para vergüenza de sus criadores. Por la puerta llamada de los sustos, desfilaron seis mansos seis, todos desrazados, descastados y muy escasos de fuerzas, que dieron al traste con el festejo; al igual que ayer y antes de ayer, hablar de ellos, no se merecen más que estas pocas líneas.

El nuevo matador toreando con la diestra

Por la cornada sufrida en el día anterior por López Simón, hubo que ser sustituido por otro torero madrileño y que vino con todas las ilusiones del mundo a tomar la alternativa siempre soñada por cualquier torero que se precie, me refiero a Gonzalo Caballero, que al final fue el que mejor estuvo ante sus dos oponentes, pero que tampoco pudo remontar por culpa de sus “enemigos”, que le tocaron en suerte, pero eso sí pudo al menos saludar y agradecer los aplausos que le tributó la afición de Madrid. Voluntad, ganas y valor, lo derrochó a raudales, pero cuando el puntal de la fiesta que es el toro y falla, es imposible cuajar una buena faena en día tan señalado. El toro de su alternativa tenía por nombre “Cerillero II”, de capa colorada, con 513 kilos sobre sus lomos y nacido en diciembre del 2009, como sería el ejemplar, que camino del desolladero fue pitado por los parroquianos. Otro manso, feo, alto de agujas, astifino de cuerna y que medio metió la cabeza, le dio la posibilidad al madrileño de saludarlo con cuatro verónicas de excelente trazo abrochadas con una media rodillas en tierra, como es de suponer el público no escatimó sus palmas, como también lo hizo al torear con la franela por el pitón diestro, su labor por el pitón contrario perdió fuste ya que toreo con la muleta retrasada. En toro de la alternativa poco pudo hacer el toricantano ya que su oponente fue un manso; tras la ceremonia, unos cuantos pases por ambos pitones demostrando sus cualidades y ambiciones, estando muy por encima de su enemigo, lo mejor esas bernadinas de epílogo consiguiendo que el público le ovacionara. Con los aceros: pinchazo y estocada entera y un certero golpe de descabello.

Uceda Leal intentó el natural

El segundo burel de la tarde ya de salida fue protestado, este manso le tocó al padrino Uceda Leal, que dadas las condiciones del animal el torero de Usera, abrevió, matando al bicho de una estocada contundente que hizo doblar irremediablemente al morlaco.  El cuarto siempre embistió con la cabeza por las nubes, saliendo de najas de las cabalgaduras. Pero para sorpresa de todos con la muleta, estuvo más bien difuminado y anodino, lo mejorcito, a la hora de matar quizás y digo quizás ya que dejó una estocada pero no de las suyas, teniendo que utilizar el estoque de cruceta en dos ocasiones.  

Trinchera de Eugenio de Mora

Soso y manso fue el tercero que cayó en manos del toledano Eugenio de Mora, que en San Isidro tuvo una excelente actuación, pero que en esta ocasión la baraja pintó bastos, pese a su esfuerzo y ganas, la faena no consiguió levantar vuelo, pero nos regaló una tanda de derechazos enjundiosos; pero no le quedó otra, que trastear y perfilarse con el alfanje, dejando, un pinchazo sin soltar, media que escupe y una estocada entera que hizo rodar sin puntilla al cuatreño.  Tampoco pudimos ver al de Mora de Toledo nada destacable en el quinto, otro toro manso que fue el bichejo de mayor peso del festejo, apenas le faltaban 3 kilos para llegar a los 600. Inició faena muy decidido con las rodillas en tierra y pegado en tablas, la ovación de los parroquianos no se hizo esperar, más tarde las palmas sonaron en varias ocasiones cuando toreaba en redondo con la diestra; mucho coraje y disposición puso de su parte toreando al natural, pese a que el toro terminaba siempre con los pitones en dirección al cielo. Algo más esperábamos ver con las armas toricidas, pero no fue posible, emborronando labor al pinchar, en una segunda entrada apenas un cuarto de estoque, para luego dejar una entera desprendida, acabando con el animal con dos golpes de verduguillo.

Curro Robles saludó en el último

Se lució con la vara Álvaro Rodríguez en el quinto, que fue fuertemente aplaudido camino del patio de cuadrillas. Saludaron montera en mano, los banderilleros Curro Robles y Diego Ramón de cuadrilla de Caballero, también escucharon palmas Antoñares a las órdenes de Uceda y “El Puchi”” de la cuadrilla de Mora.

Diego Ramón también saludó en el 1º, luego hubo susto en el 6º

Y así tal como lo he contado transcurrió la tarde. Mañana termina la mini-feria otoñal con el plato fuerte de los pupilos de Adolfo Martín, que lidiaran y estoquearan tres jabatos: Rafaelillo, Fernando Robleño y Paco Ureña.

A ver si tenemos suerte y logramos cerrar el ciclo, presenciando una buena tarde de “TOROS”.          

Fotos: Muriel Feiner