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Miles de aficionados se dieron cita inundando las calles de Valladolid por la mañana, en defensa de la tauromaquia, según algunas cifras alredederor de 8000 manifestantes. Sin embargo a la llamada de un cartel con interés no se llenó ni la mitad del aforo de la plaza, en el la función de tarde...
Hubo de todo como en botica, en cuanto a su comportamiento se refiere, en los albaserradas de Victorino. Cárdeno todo el encierro de impecable presentación.
Falto de entrega y recorrido el que abría plaza. Correoso y complicado el segundo. Con recorrido el tercero que se orientó pronto. Bravo, codicioso, humilló el cuarto. Noble el quinto. Aplomado el sexto.
Distinguida faena del Cid al toro de mejor nota.
El Cid con su primero protagonizó una faena más de querer que de poder, no siempre se sujetaron sus zapatillas en la arena. Afanoso el de Salteras con un toro falto de recorrido y de entrega. Dejó más de media estocada tendida.
Pegajoso, se revolvía sobre las manos el segundo, que hizo sudar la gota gorda a Escribano. No se confió Escribano, dendro de un mar de dudas. Dejó una estocada casi entera y trasera tras pinchar en el primer envite.
Por bajo se dobló Joselillo en el tercero en la apertura de faena. En las primeras tandas, sobre la diestra, fue prendido recibiendo un golpe en el pecho. Cambiaría el signo de la faena, el toro se orientó pronto y Joselillo, valeroso, acusó la falta de rodaje, viendose desbordado por momentos. Abrevió el torero vallisoletano dejando un contundente espadazo perdiendo la muleta, en el encuentro recibió un baretazo en el pecho.
Descolgó de salida el cuarto, "Mudejar" que mostraría su excelente condición en el capote. Tras una buena pelea en varas, empujando con los riñones, y metiendo la cara abajo con fijeza en el peto, lidió con eficacia y facilidad Cándido Ruiz. La faena tuvo dos partes, una primera en la que El Cid le hizo todo por abajo, corriendo bien la mano por ambos pitones, a un toro que descolgó en la embestidas y con recorrido, se sucedieron las tandas de muletazos de mano baja y trazo largo. Trasteo con intensidad y vibración que iría a menos, pasándose de faena, siendo el epílogo algo embarullado. Mató de media estocada tendida.
Monótono Escribano con el quinto, en una faena plana de muchos muletazos y carente de contenido con un toro noble y manejable.
Acusó la segunda entrada al caballo el sexto. Llegando muy aplomado al último tercio, le costaba tomar la muleta. Muy entregado Joselillo intentó sacar agua de un pozo seco, en una faena sobre la diestra, con la muleta siempre en la cara. Se volcó sobre el morrillo en la suerte suprema cobrando un espadazo caído, de efecto inmediato.