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Siete novillos encastados, escaso contenido de interés. Décima novillada de la Temporada Chica 2015 de la Plaza de toros Monumental de México. Ante unas dos mil quinientas personas, se lidiaron siete novillos de la dehesa queretana de Xajay, incluido uno, el último, de regalo. En términos generales, todos, excepto el cuarto, pelearon en el caballo y ofrecieron juegos exigentes con distintos matices. El clima fue variable, la primera mitad del festejó cayó el Sol con fuerza sobre los tendidos de la plaza, mientras que, a partir del cuarto, el festejo transcurrió bajo la amenaza de una tormenta, que nunca se soltó. Actuaron cuadrillas completas dirigidas por los novilleros:
Gonzalo Caballero (presentación en esta plaza): al tercio, silencio, y división de opiniones en el regalo.
Ángel Espinoza “Platerito”: pitos, y silencio.
José Zavala: ovación, y silencio.
Destacó en varas, para no variar, César Morales.
La puerta del encierro, cerrada con tres candados. Por fin comenzaron las repeticiones en la Plaza México. Imagine usted una temporada en la que introduce nuevos valores, chicos jóvenes y desconocidos. Le apuesto, amigo aficionado, que en su mente también resulta lógico que, en algún momento, cesaran las introducciones en masa para redondear el serial con la presencia de los actuantes más destacados de los festejos anteriores, junto con alguna presentación que levante interés. No sabemos si estamos frente a ese planteamiento a estas alturas de la temporada, pero lo que sí sabemos es que solo quedan dos novilladas, y que en tan poco tiempo es muy difícil que llegue la gente a los tendidos, y una temporada bastante grisácea pase al recuerdo. El chiste es que comenzaron las repeticiones, aunque los lugares fueron asignados a espadas que no tuvieron actuaciones sólidas en sus presentaciones anteriores.
Caballero, el mejor librado. Abrió plaza el novillero madrileño Gonzalo Caballero, precedido por sus importantes actuaciones en cosos ibéricos. Le tocó en suerte Bucio -no. 59, 438 kg.- que se prestó para el lucimiento a pesar de no tener una embestida completamente definida. El novillero tuvo una actuación muy esforzada y voluntariosa, en la que consiguió buenos trazos por ambos pitones, sin embargo, no terminó por redondear. Mató de un gran descabello y saludó en el tercio tras leve petición. El cuarto, berrendo encinchado de nombre Daniel –no. 91, 375 kg.- fue el más débil y peor presentado del encierro, ante el que Caballero pudo hacer poco, y optó por regalar un novillo que, presumiblemente, fue patrocinado por el ganadero. Salió por toriles un precioso ejemplar llamado Gonzalo –no. 49, 409 kg.- con toda la barba, y que exigió los papeles. El novillero, por su parte, intentó una faena en redondo y no intentó hacer la lidia de otro tipo que exigía el imponente Gonzalo. División de opiniones.
Pasó apuros con el de regalo. Ángel Espinoza “Platerito” anduvo muy por debajo de las condiciones de su lote, especialmente las del bravo que hizo segundo de lidia ordinaria. Tras terminar con él, se tapó entre una rechifla generalizada. Con el cuarto se retiró en silencio. Su lote se conformó por el precioso negro Ismael –no. 61, 418 kg.-, aplaudido en el arrastre, y por Concho –no. 76, 406 kg.-
Platerito, bien con el capote, naufragó con la muleta. José Zavala tuvo momentos importantes frente al tercero, el cárdeno y playero Moralitos-no. 33, 428 kg.- al que castigaron en exceso y quedó listo para ofrecer tersas embestidas paso a paso. Por el lado izquierdo vinieron los mejores momentos, que fueron respondidos por estruendosos olés del tendido. Sin embargo, por el derecho el novillo acusó el excesivo castigo al que fue sometido, y no fue el mismo. La faena no tuvo la rotundidad necesaria para romper y todo quedó en ovación. El sexto fue Carlos- no. 85, 422 kg.-, un novillo exigente con el que nunca hubo acoplamiento. Silencio.
José Zavala en un natural con el tercero. Quedamos pues, amigo aficionado, a la expectativa frente al cierre de temporada, que seguiremos puntualmente en este espacio.
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