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Tres cuartos de
plaza. 5 novillos de Fuente Ymbro, 1 sobrero El Ventorillo (4º bis),
justos de presencia sin ningún tipo de exageración, alguno incluso
sospechoso de pitones. De juego por regla general descastado y
desrazado. Aunque algún animal sacó bondad y nobleza, le faltó mucho mas
motor y acometividad.
Álvaro Lorenzo, ovación y oreja
Ginés Marín, ovación y vuelta tras dos avisos
Varea, oreja y silencio.
Foto archivo Si en la tarde de ayer, en nuestra crónica diaria elogiamos el papel que realiza el ayuntamiento de Villaseca de la Sagra, por lo mucho que defiende la fiesta y a la afición taurina de la localidad. Hoy lamentablemente debemos de dar un palo y esperemos que para los próximos años lo corrija.
Es la presencia por sistema en este certamen de la ganadería de Fuente Ymbro, durante estos últimos años siempre han sido los novillos más justos de presencia traído a la localidad toledana, alguno incluso sospechoso de pitones. Aparte el juego que han dado los animales, no han sido ninguno de grandes notas. Otras muchas ganaderías, por pegar un petardo mucho menor en este certamen, se jugaron su presencia para próximos años. No sé por qué no se termina de medir a todas las ganaderías por igual. Hoy se ha lidiado una novillada de Ricardo Gallardo, justita de presencia, sin ningún tipo de exageración, para lo que se requiere en un coso como este. Incluso alguno de ellos, estaban sospechosamente de pitones. Por regla general, algunos novillos tuvieron cierta bondad, pero les faltó mucha más casta y acometividad. Aparte la mayoría de ellos pasaron por el tercio de varas desapercibidos.
Abría cartel el toledano Álvaro Lorenzo, que el año pasado fue uno de los triunfadores. El primero de la tarde un animal que pasó prácticamente desapercibido por varas. Tuvo bondad, pero estuvo muy justo de fuerza y casta. Álvaro lo estuvo llevando con cierta templanza, pero siempre colocado a media altura sin bajarle nunca la mano y colocado un poco al hilo del pitón. El cuarto de la tarde, que estaba anunciado inicialmente, se rompió el pitón al iniciarse la faena de muleta. El usía de manera sorprendente para todo el público asistente, sacó el pañuelo verde, devolviendo el novillo a los chiqueros. El sobrero de El Ventorrillo, un animal con mucho volumen y cuajo, resultó muy manso, parado y algo informal en sus embestidas. Álvaro lo estuvo intentando, pero nunca terminó de tirar la moneda, incluso al final de la faena se puso un poco populachero, ante un animal que tenía muy poco dentro. El presidente le regaló un apéndice.
El segundo de la tarde, era el extremeño Ginés Marín. Ante el segundo de la tarde, se equivocó al cambiar el tercio de varas, con un leve castigo. Llegó con cierta movilidad al último tercio, pero para mí le faltó un poco mas de entrega y romper en su condición. Ginés, comenzó la faena de rodilla, con la muleta por la espalda, sorprendiendo al público asistente. Ginés no demostró tener mal concepto, pero la faena no rompió en ningún momento. Finalizó con algunos gestos de cara a la galería, dándole unas bernadinas ligadas, rematadas con una arruzina. Con los aceros no tuvo una buena actuación.
Ante el quinto de la tarde, un animal que tuvo un poco mas de bondad y al que le faltó mas casta y raza. El extremeño realizó una faena bastante larga con muchos muletazos. En las primeras de las series dio algunos muletazos con templanza y calidad, por ambos pitones, pero quizás faltó un poco mas de profundidad y hondura. Luego optó por darse un arrimón, acortando las distancias, queriéndose demostrar cierto valor. Tampoco en este novillo, estuvo nada acertado con los aceros. Cerraba cartel el valenciano Varea. Ante el tercero de la tarde, un novillo al que le faltó mucho mas fuelle y tuvo poco dentro. Nos dejó algún leve detalle con la mano izquierda, pero a la labor para mi le faltó mucho mas remate y redondez. Lo que más me gustó fueron varios remates de las series. Se le premió con una oreja un poco excesiva. Con el que cerró plaza, no tuvo mucha opción porque le faltó mucho mas celo y entrega.
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