Con un cuarto de entrada se han lidiado toros de Virgen María bien presentados y con cuajo, de aceptable juego.

Curro Díaz, oreja en ambos

Luis Miguel Vázquez, oreja y dos orejas

Joselito Adame, silencio y dos orejas.

Se volvieron a repetir los lamentablemente clásicos problemas que venimos sufriendo la prensa taurina ciudadrealeña a la hora de acceder a las plazas. Unos pases, los de todos los compañeros acreditados, que se perdieron de mano en mano, se los llevó el aire o el desentendido y la caótica organización de autoridades y administración. Estas zancadillas hacen que cada tarde sin duda sea una auténtica aventura. Una, no última cruzada, que sin lugar a dudas merece la pena vivir para poder contárselo.

La terna a hombros, acompañada del mayoral

La tarde vivida hoy en Daimiel fue un festejo entretenido con emoción y buen toreo. Una corrida de las que hacen afición. Por toriles una corrida bien presentada, muy del gusto de la torista afición daimieleña, y por el patio de cuadrillas tres toreros que salieron a darlo todo, mostrando cualidades, arte y facultades. El tendido se motivó, emocionó y tuvo sensibilidad para captar lo que ocurría en el ruedo.

Curro Díaz con la diestra

Curro Díaz tuvo en su primero a un toro que flojeó ya en los primeros tercios, por ello el de Linares le dio sus tiempos y no lo obligó en demasía. Consiguió un trasteo lleno de detalles artísticos en los que consiguió alargar bien el viaje e hilar fino con dos series por el derecho. Cortó una oreja con fuerte petición de la segunda con la correspondiente contrariedad del torero.

El de Linares con la izquierda

Con el cuarto cuajó una faena de mucha importancia, toreando muy despacio. Los momentos más emotivos llegaron con el toreo al natural, una labor llena de intensidad e interés. Fue cogido feamente por el chaleco afortunadamente sin consecuencias y cortó un apéndice tras dos pinchazos y media arriba. A la gente no le importó el fallo a espadas, se quedó con el arte y el arrojo de Curro Díaz.

Luis Miguel Vázquez en redondo

Luis Miguel Vázquez jugaba en casa pero no se le regaló nada. Mostró esa gran clase que tiene y que cuando las circunstancias son un poco favorables y los contratos se lo permiten saca y vaya que si la sacó. Con el primero cobró más intensidad con el pitón izquierdo toreando muy despacio corriéndole la mano con mando y temple. El toro manseó pero sirvió para el triunfo. Se valió de dos golpes de verduguillo para cortar una oreja.

Brindando a El Lauri

En el quinto, el de Daimiel tuvo el buen gesto de brindar al torero local El Lauri, el público jaleaba su nombre, la emoción se palpaba en el ambiente. Esta sensación se trasladó a la faena que cubrió altas cotas artísticas con el toreo en redondo con series logradas y con profundidad con la mano derecha. Resultó prendido al entrar a matar y tras colocar una buena estocada paseó las dos orejas.

Joselito Adame con la izquierda

Joselito Adame tuvo en su primero al garbanzo negro de la corrida. Un toro reservón que quizás acusó las querencias de la desencajonada del día anterior con el que el mexicano no se complicó. Fue en el que cerraba la corrida con el que si mostró todo su poderío. No quería quedarse atrás y firmó una faena de mando y poder con momentos destacables, si a esto le sumamos una estocada en el sitio, el resultado fueron las dos orejas.

Fotos: Teresa Torres