Con un tercio de entrada se han lidiado toros de Adolfo Martín, de excelente presentación, excepto el 6º, y de interesante juego en conjunto. Por lesión a última hora de Rafaelillo quedó en mano a mano. Debido a que ambos tuvieron que ser atendidos en la enfermería, se corrió turno. Escribano estoqueó 1º, 4º y 6º y Palazón 2º, 3º y 5º.

Manuel Escribano, dos orejas, oreja y dos orejas

Francisco José Palazón, oreja, oreja y ovación.

Escribano paseando, antes de irse a la enfermería, las dos primeras orejas

“El  toro se queda en Alicante”. Ese era el lema con el que se presentaba la corrida de hoy en honor a la Virgen del Remedio y por esta vez, la empresa si cumplió con lo esperado por los aficionados toristas que tienen que resignarse a este tipo de corridas fuera de las fechas de Hogueras. Pero lo cierto, es que más vale esto que nada, no como pasa en otras provincias limítrofes con Alicante.

Ya dijo Adolfo Martín en una entrevista días atrás que los toros reseñados para la corrida estaban por encima del trapío de esta plaza y en efecto así fue. Excepto el sexto que estoqueó Escribano al correr turno y que no ha estado acorde con la seriedad del resto de la corrida, los toros de Adolfo poseían una presencia no habitual por estas zonas mediterráneas y han desplegado todo el muestrario de comportamiento propio de la ganadería brava, desde la alimaña al toro noblón.

Bien estuvo el sevillano en todos los tercios en una tarde muy completa

Manuel Escribano, que se presentaba en Alicante, ha sido el triunfador numérico en cuanto a trofeos se refiere, con su primero, un toro con dos guadañas como pitones y que fue desarrollando sentido hasta el punto que lo prendió por dos veces, realizó una faena muy vistosa en todos los tercios, quitó por chicuelinas, banderilleó y ya con la muleta ligó algunos muletazos que junto con la estocada sumaron para cortar las dos primera orejas de la tarde.

Con su complicado segundo, el cuarto de la tarde tras correr turno por haber sido atendido en la enfermería y que brindó a “El Soro” consiguió ligar algunos muletazos muy lentos, pero el feo bajonazo, dejó el trofeo en excesivo premio.

Con el último de la tarde, el más cómodo de toda la corrida y muy estrecho de sienes, que brindó a su compañero, volvió a brillar en todos los tercios, largas cambiadas, galleos, banderillas, molinetes y algunos muletazos muy de verdad fueron suficientes para cortar dos merecidas orejas.

Tras la caída del cartel de Rafaelillo, completaba el cartel Francisco José Palazon, un torero de la tierra que anduvo brujuleando con su cornivuelto primero, con el que nunca terminó de acoplarse, pero que tras un trasteo basado en la izquierda, media estocada y el cariño de su gente, le permitió cortar una oreja.

Con su segundo, el tercero de la tarde, aunque desarrolló sentido, estuvo algo más suelto y valiente hasta que fue prendido, pero esta vez, un soberbio estoconazo y el run run de la cogida le valieron para cortar otra oreja y acompañar a Escribano por la puerta grande.

Su último oponente que fue lucido en varas por su cuadrilla, cosa que se agradece y que se echó de menos durante la corrida, fue esa alimaña imposible excepción que confirma la regla.

Fotos: Alicia