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Con dos tercios de entrada se han lidiado toros de La Quinta, bien presentados y de buen juego
Fernando Robleño, oreja y palmas
Manuel Escribano, oreja y ovación
Joselito Adame, oreja y dos orejas.
Foto archivo Interesante juego ofreció la corrida de La Quinta ayer en
Burgos. Preciosa, una lámina, cárdeno todo el encierro, impecable de presencia. Nobleza y recorrido tuvieron casi todos los toros, aunque
salieron con la cara arriba del muletazo, algo característico de este encaste
Santa Coloma. Metieron la cara con fijeza en el peto. Robleño abrió baza con un toro que se desplazó largo por el
derecho y con prontitud, en cuanto el madrileño le ofrecía la muleta. Robleño en una faena de largo metraje hilvanó
varias series sobre el derecho, a media altura, corriendo bien la mano, en las
que hubo temple y ligazón, técnicamente impecable. Destacando una tanda con
intensidad en el tramo final. Mató de una estocada entera y tendida.
Distraído en los primeros tercios el segundo, con el que
Escribano estuvo muy fácil, a medida que las embestidas del cárdeno fueron
languideciendo, el sevillano apostó por el toreo de cercanías, recurriendo a
los circulares invertidos y muletazos de ida y vuelta. Feo metisaca antes de
dejar un contundente espadazo. Empujó con fijeza en el peto el tercero, un toro que tuvo
recorrido y humilló en su embestida.
Faena sin asiento, al hilo siempre Adame, en la que abusó del toreo ornamental
sobre el toreo fundamental dentro de un variado conjunto. Mató de una estocada entera contraria en la
suerte de recibir. Espeso estuvo Robleño en el cuarto en una faena deslavazada
con un toro de insulsa embestida, a su aire, que no terminó de emplearse. Muchos pies sacó el quinto en banderillas que llegaría al
último tercio acusando las excesivas carreras. Escribano buscó el aplauso
fácil, entregado pero bullanguero. Se atascó con los aceros Escribano.
Jugó bien los brazos a la verónica Adame con el que cerraba
plaza, rematando el recibo en los medios con una serpentina. Muy variado el de
Aguascalientes con la capa, tanto en el galleo por chicuelinas con las manos
muy bajas o en el quite por lopecinas. Comprometido Adame con la muleta
ofreciendo el pecho en los cites, en una faena breve pero asentada, con algunos
altibajos, se sucedieron momentos muy lucidos y otros en los que le faltó
limpieza. Entrando a matar fue prendido por el muslo de fea manera recibiendo
una cornada.
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