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Tarde un poco nublada, media plaza. 4 novillos de Tomás Entero, bastante bien presentados. De juego desigual, los dos primeros (1º, 2º) bastante complicados y exigentes, no te podías confiar en ningún momento, había que llevarlos mucho mas toreado y sometido en sus embestidas. Los dos últimos (3º, 4º) se dejaron un poco más en el último tercio, sobre todo destacaron por el pitón derecho por donde medio se dejaron.
Javier de Miguel, ovación y oreja
Amor Rodríguez, ovación y dos orejas.
Hoy hemos presenciado una novillada, en la que los cuatro animales que salieron por los chiqueros, estaban muchísimo mejor presentados que muchos de los toros que se lidiaron en las dos corridas de toros. A eso no hay derecho y los aficionados ni el sistema taurino debería de permitirlo. No hay derecho a que a los jóvenes valores, que llevan poco tiempo en esta profesión, se les eche un animal bastante más serio, que a un matador de toros. Así está el sistema, y el final ya lo podemos imaginar.
Hoy se anunciaban dos novilleros de esta localidad, Javier de Miguel y Amor Rodríguez. El que dio mejor sensación y dejó más esperanzas para el futuro, fue el más joven, que debutó con picadores el año pasado en esta misma feria.
Abría cartel Javier de Miguel. Ante su primero de la tarde, un animal con ciertas complicaciones y dificultades, había que llevarlo siempre muy tapado, toreado y sometido por bajo. En cambio el joven espada se vio desbordado desde el inicio, colándosele en un gran número de ocasiones y desarmándole la muleta en más de una vez. En algún momento al novillero, se le vio un poco a merced del animal que tenía delante.
Ante el cuarto de la tarde, un novillo que tenía un potable pitón derecho, por el pitón izquierdo le costaba un poco más al final del lance quedándose algo corto. En este Javier de Miguel no terminó de aprovechar el pitón derecho, se limitó a llevarlo a media altura sin obligarle nunca por bajo y colocado al hilo del pitón, sin decir mucho a los tendidos. Lo que más llegó a los tendidos, fue la última serie de la faena con la mano derecha, donde llevó al animal mucho mas toreado y sometido, fue la única digna de toda su tarde. Con los aceros, precedido de un pinchazo, le dejó una estocada casi entera desprendida de colocación. Sus paisanos de manera totalmente excesiva, le premio con un apéndice que no venía a cuento.
El segundo espada, Amor Rodríguez, demostró una mayor disposición durante toda la tarde, realizando varios quites. Ante su primer un animal que no era fácil, lo estuvo intentando en ningún momento se le vio a merced de la res, como le pasó a su compañero. Es verdad que no pudo realizar una labor lucida, pero sí que tuvo momentos de cierto mérito y de tener en cuenta. Lástima su mala actuación con los aceros.
Con el novillo que cerraba plaza. Un animal que al igual que el tercero, tuvo un pitón derecho potable y por el izquierdo le costaba un poco más al final del lance. Por el derecho dejó algunos lances de cierto interés y mérito, pero no terminó de tener un gran calado en los tendidos. Si le hubiera bajado un poco más la muleta por abajo, quizás hubiera llegado un poco más al público asistente. Lo mató de una gran estocada en todo lo alto, con la que la res cayó sin puntilla. Se le premio con las dos orejas, la segunda puede considerarse un poco excesiva, pero si le dieron a Javier una en el tercero, esta fue mucho mejor.
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