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Con lleno aparente, faltaron unas mil localidades por vende, se han lidiado toros de Daniel Ruiz, justos de presentación y extremadamente colaboradores.
Morante de la Puebla, pitos y ovación tras aviso
El Juli, oreja tras aviso y oreja
Alejandro Talavante, oreja tras aviso y oreja.
 Foto: torosalicante.es. Nuestro fotógrafo hubo de ver la corrida en 'el palomar'
Y ante el toro que todos queremos se enfrentaban hoy, como tantas y tantas veces en todos los rincones de España, Juli, Talavante y Morante, de Morante huelga decir que ante su primero tuvo el detalle de abreviar, no así en su desrazado segundo, con el cual se mostró dispuesto desde el inicio y nos dejó tres de esos derechazos que por si solos, marcan la diferencia de toda una tarde.
El Juli, si ha sabido conectar con los tendidos desde el primer momento, su primer oponente, manso y encastado, le ha “servido” para ofrecer todo su repertorio con el capote, lo que es de agredecer, justo es decirlo, y con la muleta, derechazos muy bajos, molinetes, circulares, circulares invertidos y hasta pases cambiados con los pies clavados, y si a esto le sumamos la simulación de la suerte de varas, como exige el respetable, el caldo está servido para la oreja.
Con su segundo, otro torete noble, noble, más poderío de El Juli, muleta baja, circulares, molinetes, toreo encimista, circulares y más circulares, bonito quite por zapopinas, pinchazo y media estocada, otra oreja. De tirar líneas, cargar la suerte y torear el pitón de fuera, mejor hablamos otro día, estamos en Hogueras.
Completó el cartel Alejandro Talavante, o mejor dicho, la versión de Talavante de plaza de segunda, la de la ligazón por encima de la emoción, la de los guiños por encima de los terrenos, la de la cantidad por encima de la calidad, la del toreo moderno…. lo dicho, así esta esto.
Foto: torosalicante.es
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