Foto archivo
Triunfal corrida de
toros con motivo del V Centerario del nacimiento de Santa Teresa de
Jesús. Todos los actuantes lucían vestidos de la época.A tenor del
marcador, un abultado resultado de una tarde triunfalista. El público
que presenció el festejo de esta tarde en Ávila a buen seguro salió
bien satisfecho.
Sin embargo y
metiéndonos en faena, los triunfos tuvieron argumentos muy
diferentes.
Buen encierro de
Carlos Charro en el último tercio, pues en el peto simplemente
cumplió sin más. Sin embargo en la muleta casi toda la corrida
ofreció grandes virtudes, sirviendo en bandeja el triunfo a los
toreros.
Bravo, tuvo
prontitud, humillando y repitiendo el que abría función. Rajado el
noble segundo. Se defendió el tercero. Con recorrido y tranco el
extraordinario cuarto premiado con la vuelta al ruedo. Repitió el
quinto. Con movilidad el que cerraba plaza.
Importante Castella
que atraviesa un momento dulce.
Tras cubrir un
tercio muy discreto con los palos, desigual a la hora de clavar la
banderillas, Fandi se encontraría con un bombón en la muleta.
Regaló embestidas largas y humilladas por ambos pitones, nobleza
a raudales sin embargo el granadino no se acopló, en un conjunto
preñado de enganchones y mantazos, dejándose ir un toro de
excelente condición. Eso sí, en el tramo final calentó a un
receptivo público por la vía del efectismo. Recetó una estocada
casi entera en la suerte natural que resultaría suficiente.
Castella llegó a
Ávila con la vitola de su reciente triunfo en San Isidro, a día de
hoy le valen muchos toros al de Beziers, momento dulce de un
Sebastián muy centrado y con la ideas despejadas.
Al salir del peto el
segundo de la tarde dijo que nones. Rajado en la muleta pero sin
embargo sacó nobleza. Castella estructuró una compacta faena en los
medios, el secreto fue dejarle siempre la muleta en la cara del
animal para tapar su huida. Temple y ligazón en su muleta, que
corrió bien sobre la diestra. Se atascó con la espada.
Se defendió en el
último tercio el tercero, echando la cara arriba. César Jiménez
estuvo voluntarioso en una faena más de querer que de acierto,
logrando los mejores pasajes en el tramo final en el toreo al
natural. Metió la mano con habilidad en la suerte suprema, perdiendo
la muleta.
Con una larga
cambiada de rodillas en terrenos de tablas recibió Fandi al cuarto,
el toro de mejor nota del encierro. Galleo por chicuelinas para dejar
al toro en suerte en el caballo, cumpliendo en su pelea en el peto.
Tras principiar la faena de rodillas nos encontramos a un Fandi
embarullado con muchos altibajos a lo largo de la faena. Sin acople a
la embestida y ni apreturas lo pasó de muleta, el bravo animal se
fue al desolladero sin cuajar tras un contundente espadazo.
Castaño y
enmorrillado el aleonado quinto, al que Castella lo lanceó a la
verónica sin cata previa. Mayestáticos los ayudados por alto a modo
de apertura de faena. Le dio sitio y distancia el francés en un
conjunto que tuvo ritmo y buen tono, con la planta asentada,
encajado. Imprimió suavidad y ausencia de toque bruscos al manejar
la muleta. Dejó un espadazo caído.
Alto de agujas el
sexto con el que vimos un Jiménez muy fácil con el capote,
saliéndose para afuera. Buena lidia y pares de banderillas de su
cuadrilla, saludando Zamorano. Se movió este toro aunque sin acabar
de descolgar. Conjunto desestructurado y falto de limpieza del de
Fuenlabrada, siempre al hilo. Mató de una estocada de fulminante
efecto.