|
El sexto toro, Baratero, negro entrepelado, cornivuelto, de 492 Kg según la tablilla, arrancó en el momento de la suerte suprema contra su matador al que arrebató la muleta con el pitón derecho y no la soltó hasta después de ser apuntillado. Ni los esfuerzos de Manuel Escribano quién en vez de soltar la muleta, para matar con menos riesgo, la mantuvo en su mano izquierda forcejeando por ella con el toro, ni los intentos de su peón Antonio Manuel Punta, consiguieron arrebatar la muleta del pitón derecho de Baratero. Da escalofríos pensar lo que hubiera ocurrido si llega a enganchar al valiente matador. Escribano le cortó una oreja a 'Baratero', él se quedó con la muleta del torero Quizá la faena de Escribano a este Baratero pueda resumir una tauromaquia: Vistoso con el capote, Escribano arriesgó en banderillas hasta el punto en que el toro, en el tercer par, le arrancó una medalla que llevaba al cuello; con la muleta, el valiente torero obligó a pasar al toro por la derecha consiguiendo un pase largo y por la izquierda en dos grandes naturales de frente.
Nada más y nada menos, obligar a pasar a un toro encastado y fiero por los dos pitones obedeciendo a la muleta del torero, después de haberle dejado lucir su casta en los dos primeros tercios. Antes sólo Urdiales había construido sus bellos pases sueltos, con el más noble primer toro de una corrida de Adolfo Martín, encastada, variada de comportamiento, justa de hechuras y que nos permitió sacarnos la espina de una semana más decepcionante en toros de lo esperado. |
|