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La ganadería de Partido de Resina, los siempre conocidos por todos los aficionados como los Pablo Romeros. Siempre han tenido mucho predicamento y gusto en Madrid, por su bellísima estampa de trapío y por el juego de algunos toros importantes, que se han lidiado en este coso madrileño. Pero ya nos empezamos a cabrear los aficionados, cuando el sábado nos enteramos que de los ocho toros que trajo, únicamente habían pasado el reconocimiento tres animales. Finalmente a duras penas y con muchas complicaciones se pudo lidiar un encierro completo, sin necesidad de remendarlo. Por eso pasó lo que pasó, que el festejo fue una auténtica escalera en presencia, tres primeros animales muy justos de presencia sin trapío para Madrid y los tres últimos un poco más serios y ofensivos por delante de pitones. La ganadería si ya de por si es corta en el número de reses disponibles, para una temporada taurina, si después te rechazan varios toros en los reconocimientos previos, es muy complicado encontrar muchos más animales, aptos para las exigencias que requiere Madrid. El año pasado por el contrario, que vino en el mes de septiembre, la presencia me parecía muchísimo mejor, mucho más rematado y cuajo. Al igual que me gustó el toro suelto que trajo el día de la encerrona de Iván Fandiño, el Domingo de Ramos de este año. Hoy no se que habrá pasado. Después el juego dado por los animales en el ruedo, no fue para nada el esperado. Toros a los que cuidaron mucho en los primeros tercios, en algunos de ellos con dos míseros picotazos, el usía cambió el tercio. Luego en la faena de muleta, los animales tenían bondad y humillaban al inicio del muletazo pero luego terminaban con la cara muy alta desentendiéndose. Prácticamente todos salían con la cara alta y desentendiéndose de la muleta Aparte las reses en su mayoría echaron la persiana muy pronto, viniéndose muy a menos y se terminaron rajando en tablas, bastantes de ellos.
Al salir del coso estaba muy triste, por estas ganaderías que tienen tan pocas oportunidades de lidiar, que están a punto de desaparecer. Tienen que dar mucho mayor juego, ya que sino el propio sector, las va a seguir apartado mucho más de lo que están. |
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