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Veamos... Chicarrero abrió la tarde, era cárdeno bragao, meano, gargantillo y caribello. Más zancudo de lo habitual en este encaste, largo y escurrido, con hocico de rata. Cinqueño de poco trapío. Repitió con más claridad por el derecho durante el saludo capotero de Eduardo Gallo. Fue a relance, esquivó al caballo y tomó la primera vara a favor de querencia atacando de dentro a fuera. En el segundo puyazo manseó y se repuchó. Se picó poco. Sin fijeza y distraído fue su comportamiento en banderillas. Problemático. Noble y soso fue su comportamiento en la muleta, salió siempre con la cara alta, sin entrega por su falta de casta. Terminó muy rajado, manso de libro. El segundo toro de Partido de Resina respondía a Perilillo, también cárdeno. Astigordo, también alto, degollado y muy justo de trapío. Fue repetidor en el capote de Sebastián Ritter. Empujó bien en la primera entrada al caballo; se arrancó de largo y cumplió en las dos entradas pero le faltó poder y le cuidaron. Fue pronto y alegre en banderillas. Cumplió. Con alegría embistió en el inició de muleta, pero le costó humillar. No metió los riñones, fue y vino sin decir demasiado o nada. Le faltó casta aunque manseó menos que su hermano anterior. Tuvo movilidad pero le faltó entrega. También manso. Este guapo mozo era 'Zarcillero' Rafael Cerro se las vio con Zarcillero, otro cárdeno, éste. Guapo a más no poder. Serio por bien armado, de cuerna tocada. El toro de lámina más bonita en lo que va de feria y posiblemente queda. Repitió templado hacia los medios en el capote de Cerro -suena mejor Rafaé-. De largo se arrancó por voluntad propia y tomó un buen puyazo, de la que salió muy distraído. En la segunda cantó la gallina y no se empleó. Se aculó en tablas tras el primer par, y tomó los dos siguientes dando facilidades. Fue tardo, mirón y sin entrega. Por el izquierdo repuso buscando los tobillos. La sosería la transmutó en peligro y se puso difícil por ambos pitones. Un manso descastado con peligro que provocó las pocas emociones de la tarde.
Hasta aquí tres mansos sin casta en diverso grado… Remilgadillo, un cárdeno lucero -¿facado?-; feo, muy abierto de cuerna, en nada se parecía al tipo de pabloromero. Barbeó tablas y le costó entregarse en el capote de salida, desentendido de todo lo que tenía a su alrededor. Manseó en exceso en la segunda vara, había empujado con cierta fijeza en la primera entrada. No presentó demasiadas dificultades en banderillas, aunque resultó un tercio muy deslucido. Fue tan noble como soso; un manso -duró menos que una lumbre de papeles- sin fondo. En el lugar de los buenos, el quinto, se lidió a Fragata, un cárdeno claro, basto, muy abierto de cuerna, playero. Fuera de tipo. Sin entrega de salida y flojo. Se repuchó en el caballo rehusando la pelea en la primera entrada y punteó en la segunda. También fue desastroso el tercio de banderillas y, en este caso, no por culpa del toro. Éste además de manso y soso, tiró tornillazos a la muleta de Sebastián Ritter. Sacó la cara por encima del estaquillador en todos los muletazos. Manso descastado, soso, sin entrega, un desastre. El señor se fue a los medios a echarse como los toros bravos, sin saber, que a estas horas ya no podía engañar a nadie. En sexto lugar se corrió a Aviador, y su lidiador fue Rafael Cerro. Cerró la desastrosa tarde un toro feo y malhecho. Zancudo, degollado y rabicorto. Repitió el comportamiento familiar en el saludo de capote, soseó sin entrega alguna. Escupido salió de las dos entradas primeras al caballo y se empleó en una tercera empujando al jaco contra las tablas. Apretó para dentro en banderillas. Algo de más entrega mostró que sus hermanos en la muleta. Ofreció dos tandas a derechas de interés y pronto sacó la cara por arriba y embistió desentendido. …Iban tres, más tres, seis mansos si las cuentas no me engañan. Pocas excelencias se pueden contar de esta corrida, y no es porque uno no quiera, sino porque no las hubo. |
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