|
Once orejas cortadas suman los matadores de a pie en las trece corridas de toros celebradas en lo que va del serial isidril. Dos novilleros ha podido pasear algún trofeo, mientras que la cuenta de los rejoneadores, en apenas dos festejos, alcanza a nueve. La disparidad es grande, sin embargo, la mayoría han sido orejas sueltas, salvo dos de a caballo -Ventura y Hernández-.
Ceñidos únicamente a las corridas de toros, hablamos casi de a oreja por festejo. ¿Y? Nos preguntamos muchas cosas.
¿Alcanzan todas y cada una de ellas el mismo valor? La respuesta es contundente: no. Cierto es que en esto es difícil equiparar, pero también es fácil afirmar que los trasteos premiados no pueden emparejarse, salvo unos cuantos. Vamos, que igual se han otorgado trofeos por faenas insulsas de hasta las revestidas con la verdad por delante, o unas que reunen mucho y otras, unas cuantas cosas.
López Simón paseó dos trofeos de distinto peso ¿Qué van dejando cada una de estas once orejas? Noticias. Titulares para presumir un cierto éxito. ¿Y de fondo? ¿Nos estamos acordando de once trasteos prominentes? Que de trece días, en nueve ocasiones aparezca como que ha pasado algo importante podría ser escudo de cara a los de afuera. ¿Hacia adentro estamos fortaleciéndonos tan significativamente?
¿Qué repercusión tendrán estas orejas que no son consecuencia de algo tan bien amalgamado y que no hay forma de no verlo como un todo? Porque una oreja de Madrid se entiende como resultado de un hecho inigualable, y una salida a hombros dejaba detrás una tarde épica. Luego entonces, era una moneda de cambio incuestionable.
¿Por qué ayer valían eso y hoy ya no? ¿Se van a abrir o mover los carteles? No. ¿Toreros como López Simón, Del Álamo, Fortes, Adame, e incluso Abellán, emparejarán mínimamente su cotización con las ‘figuras’? Tampoco.
Lo de López Simón esta tarde ha sido importante, como para cuestionar aún más.
Además de la actitud y firmeza necesaria para pasar por Madrid, apuntó madurez y torear de verdad. Aún así, le ha faltado empastarlo todo para de verdad pasar por lo estrecho de esa puerta grande.
*Foto: Muriel Feiner
|
|