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Ficha del Festejo.
Mi prima, la Primavera vuelve a la Plaza, tras esos días fríos, hoy ha vuelto el tiempo soleado y de agradable temperatura, menos mal, y siendo un domingo de Feria, la entrada superó los tres cuartos del aforo, pero sí que cambió la temperatura en la arena venteña, bajando de golpe tras la apoteosis del día de ayer.
Se lidió un encierro con el hierro de “El Montecillo”, algo sosa y que dio poco juego, mansona, salvándose el toro segundo que escuchó palmas en el arrastre y el sexto que fue ovacionado, pitos para el quinto y la otra mitad silencio cuando el tiro de mulillas se los llevaron. Es de suponer que el ganadero Paco Medina, poco contento saldría tras ver a sus pupilos, que mansearon y tuvieron las fuerzas justas para mantenerse en pie. El peso medio que dieron en las báscula fue de 551 kilos.
El primer espada era el francés Juan Bautista que en su lote estuvo anodino y distante, apenas escuchó unas palmitas en su primero, el resto de las faenas se fueron diluyendo como un azucarillo en la taza de te, poco o así nada hay que contar en esta nueva presentación del de Arles en el coso venteño. A su primero lo pasaportó de estocada entera algo desprendida que acusó el bóvido doblando. En el cuarto, le vimos algo más entonado con el percal en esas seis verónicas con el compás abierto, con el trapo rojo una serie en redondo con la derecha mano de buen tono, no así con los pases al natural, los parroquianos protestaron, por el poco lucimiento del francés. Con el alfanje se salió de la suerte dejando una estocada en el rincón, terminando con la vida del animal el puntillero de forma certera. Silencio para el gabacho en su lote.
 A la verónica, con el cuarto, tuvo el francés su mejor episodio de la tarde El segundo espada era el madrileño Alberto Aguilar, que en otras comparecencias y pese a su pequeña estatura, se agigantaba ante sus enemigos, pero hoy no era el torero que se granjeó la confianza de los aficionados, apenas fue ovacionado tras unos redondos diestros, pero bajó el diapasón con la izquierda y todo fue más disposición que otra cosa. Despachó a su oponente entrando en la suerte natural y dejando una estocada entera pero atravesada apareciendo la punta por debajo del costillar, terminó con un golpe de descabello. Su segundo fue un toro sosito que embestía a oleadas, nada con el percal y poco más o menos con la franela, eso sí se le aplaudió al torear por derechazos de buen trazo y más aún cuando estiró el brazo en los largos naturales, su quehacer no pudo tomar vuelo porque el bichito se rajó. Lo mejor fue a la hora de darle muerte, en los terrenos de adentro volcándose sobre el testuz y dejando una estocada entera en buen sitio y sin puntilla el cuatreño. En su lote su labor fue silenciada.
 El madrileño encandiló con la diestra al primero pero no llegó a más Con mucha disposición venia el mexicano y eso lo vimos durante toda la lidia, no perdonó un quite; recibió al primero con cuatro verónicas rodilla en tierra y las primeras palmas para el del Distrito Federal Joselito Adame, algo le vio el manito que se fue a los medios para brindar al público y en ese mismo terreno inicio faena con un cambiado por la espalda siguiendo por el pitón derecho una buena tanda de redondos que se aplaudieron, cambió de mano y al iniciar el natural, el burel se rompió la mano izquierda, no le quedaba otra a Joselito que matarlo, pero en el primer envite pinchó en hueso y así en tres ocasiones más, hasta que consiguió enterrar la toledana hábilmente que hizo doblar al lesionado animal. Silencio para el de México.
 Variado con la capa lució el mexicano durante toda la tarde El hambre de triunfo seguía intacto y eso lo demostró en el toro que cerró festejo. A la puerta de chiquero se fue a recibir a su segundo midiendo el sitio de forma acertada, farol de rodillas limpio, seguidas de unas verónicas mecidas con gusto y eso dio paso a la primera ovación de la tarde, tampoco olvidó quitar por zapopinas (lopecinas). Convencido de que tenía un buen ejemplar del Montecillo, brindó al respetable, la montera cayó con los machos hacia abajo y rugieron los aficionados, más cuando inició la faena por estatuarios con las zapatillas atornilladas al piso, fue un excelente principio con esos pases del desprecio que dieron lugar a una nueva ovación y los olés continuaron al torear por derechazos ligados y una trinchera de las de Silverio; la faena fue a más con la tanda de naturales, siguiendo con esa mano y metiéndose al público en el bolsillo, labor que remató con un martinete y un forzado barriendo los lomos. Ahora había que firmar bien la faena con la espada. Entrando a matar recibiendo y en la suerte natural, la estocada tuvo un efecto inmediato. La plaza entera sacó sus pañuelos que parecía una nevada en plena primavera, el Usía la concedió y el manito dio la vuelta devolviendo prendas, lo que no devolvió fue la bandera que le arrojó un paisano. Ese apéndice fue el premio a su excelente quehacer de principio a fin. Todos contentos.
 Recibiendo rubricó la faena del sexto para que se pidiera la oreja De las cuadrillas hay que anotar el buen hacer con los avivadores de Rafael Viotti, de las filas de Juan Bautista, Curro Robles a las órdenes de Alberto Aguilar. Hay que dejar constancia de que los tres banderilleros de Joselito Adamen fueron aplaudidos al cumplir el segundo tercio de forma profesional sus nombres: Roberto Martín “Jarocho”, Tomas López y Pascual Mellinas quien celebraba hoy su santo.
Y mañana la segunda novillada con un cartelazo. Posada de Maravillas, Clemente y el retorno tras su grave percance del peruano Roca Rey.
*Fotos: Muriel Feiner
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