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15/05/2015
  (San Isidro 2015) 15/5 – Una Crónica del Festejo: Oreja de ley para Miguel Abellán
 
Firma: Jorge Guevara-Segarra
 
     
 

Ficha del Festejo.

En el día del Santo Patrón, bajó el termómetro al punto que los parroquianos que llenaron hasta las banderas las aposentadurías del coso madrileño, colocando por primera vez en este ciclo, “el no hay entradas para hoy” pasamos más bien frio, después de dos días de intenso calor, más bien veraniego que primaveral, que nos calentamos con la actuación del paisano Miguel Abellán en el primero del festejo y con Iván Fandiño en el sexto. Bien podíamos decir que la corrida fue interesante; hubieron tres toros de nota de la ganadería con el hierro de Parladé: el primero, el cuarto y el sexto, que fueron ovacionados en el arrastre, la otra mitad silenciada.

Como era el día del Santo, en los tendidos abarrotados aparecieron como cada año los chulapos y chulapas que dieron colorido al festejo y se divirtieron de lo lindo, aplaudiendo a rabiar al paisano Abellán y también al torero de Orduña, Fandiño, no hubieron más orejas, por culpa del molesto viento que sopló durante toda la tarde, evitando así que los toreros tuvieran que torear en la solanera, posiblemente en las afueras, los toros hubiesen sido otra cosa.

Los toros de Parladé, todos cinqueños, bien presentados, agresivos de cornamenta, quizás algo pasados de peso y también de edad, pero eso sí bien rematados y de diversos pelajes, ¡que no fueron los toros del año pasado!, no hay duda, pero que a la postre, sirvieron como se dice modernamente. Dieron un peso medio en la báscula de 568 kilos. A tres de ellos como ya apuntamos se les ovacionaron con justa razón, cosa que no es mal balance.


Así empezó Abellán la tarde

Abría plaza un toro castaño, veleto y astifino que un principio calamocheó, pero luego se atempero y facilitó labor a Miguel Abellán, que estuvo muy torero, a la puerta de los sustos se fue para saludarlo a porta-gayola ya de pie distrajo al personal con lances capoteros de buen gusto y sin enmendarse, por ello las palmas no se hicieron esperar. Pero lo mejor vino con la pañosa, que tras brindar al Dr. Máximo García Padrós, se desplazó muy cerquita de la puerta de la enfermería, al tendido 6 para iniciar la faena con pases por alto continuando labor con la mano derecha y pese al viento consiguió torearlo en buen son por ese pitón, con la izquierda fue enseñando a embestir a “Facilón” consiguiendo unos naturales de buen trazo y bien rematados con el doblete de pecho forzado, tronó la ovación de los isidros y de los demás concurrentes, pudo y convenció hasta los del 7. La faena estaba consumada, había que matar entrando por derecho y lo hizo, dejando un estoconazo volcándose sobre el testuz pese al espadazo el burel tardó en caer, tras doblar aparecieron los albos pañuelos de forma mayoritaria y el Presidente otorgó el trofeo.  Se vislumbraba en lontananza una Puerta Grande en su segundo al recibirlo a porta-gayola en que el afarolado salió limpio y los parroquianos crujieron en los lances a la verónica, rematadas con una larga cambiada, otra ovación general. Dispuesto a la boca de riego, brindando al respetable, tras llevárselo a los terrenos en que menos soplaba Eolo, dio una buena tanda con la derecha, quizá algo despegadilla llegando a los tendidos que jalearon con el olé tras un martinete y un forzado, cambió de mano y de pitón, pero solo un natural tuvo cierta enjundia. Tomó la tizona pinchando en el primer encuentro, una estocada entera en buen sitio y en esta ocasión no apareció ni un pañuelo, quedando simplemente en un saludo desde el tercio.


Perera y la falta de ajuste

El que no llenó las expectativas de los aficionados fue el torero de Badajoz, Miguel Ángel Perera, al torear por el pitón derecho, el viento soplaba con fuerza y apenas podía ejecutar los pases eso sí consiguió alguno que otro de buen trazo en la segunda tanda, con la otra mano dos naturales de pintura y un forzado de pecho de pitón a rabo, torera fue su salida tras el forzado. Con la espada una estocada en los rubios, saliendo el animal sin puntilla. Pero no apareció ni un solo moquero, ironías de la vida.  Parado fue el quinto que brindó al público, que estuvo frio con el de la Puebla de Prior, quizás porque entre el torero y el toro no hubo conexión alguna. Los isidros y los aficionados se disgustaron aun más, cuando marró con el estoque y el descabello. ¡Qué silencio en las gradas!.


Un cambiado por la espalda imprevisto para empezar faena Fandiño

Tras su encerrona el 29 de abril, reaparecía el vasco Iván Fandiño, quien se fue a la puerta de chiqueros a saludar al primero de su lote, pero el lance no salió como el torero esperaba; tomó los trebejos y en los medios brindó al cielo, se dirigió al tendido 6 para iniciar labor, en que apenas hubo unos redondos sin más trascendencia, como tampoco destacó por el otro pitón, ni siquiera con los aceros, de primeras, pinchazo y luego una estocada casi entera que fue suficiente para despenar al cinqueño. Silencio en los tendidos.  Menuda arboladura por pitones tenía el sexto, que escarbó al principio, pero que luego se atemperó. A la puerta de los sustos se fue el vasco, citando muy lejos de la segunda raya, por ello el lance no salió bien, algo mejor ya de pie unos lances con el percal que no transmitieron nada; pero amigos míos con la pañosa la cosa cambió para bien del torero y del espectador, un cambiado por la espalda de escalofrío, derechazos buenos de verdad y rematados con torería, los aplausos surgieron solos más cuando aún fueron superiores los de la segunda tanta abrochadas con el forzado, lastimosamente el morlaco dijo nones por el zurdo pitón, pero cambió el tono cuando finalizó su quehacer con unas bernadinas apretadas rozándole el fajín. Tomó el estoque verdadero, se enfrontiló y fue cogido aparatosamente en el embroque, al golpearse en la arena, por unos momentos quedó grogui; repuesto ya, dejó un estoconazo en los rubios, que al tragarse la sangre el bicho tardó en acostarse hasta que por fin dobló, pero en ese impase sonó el segundo recado. Asomaron los pañuelos pidiendo la oreja, pero no fue atendida por la autoridad y todo quedó en aplausos con saludo.

Al término de la corrida; Abellán ovacionado, Perera pitado y Fandiño con aplausos, al desandar el paseíllo.
 
De las cuadrillas: El picador “Jabato” de la cuadrilla de Abellán al picar bien al toro cuarto y con los avivadores, Pedro Lara y Jesús Arruga de las filas de Fandiño.
 
Mañana cambia el personal, con la primera corrida de rejones, seguro que habrá un llenazo como el de hoy.

*Fotos: Muriel Feiner

 
     
   
     
   
     
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