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Ficha del Festejo.
No hay forma de cómo conseguir que los festejos sean más cortos, ya sea por pitos o por flautas, cuando abandonamos la plaza ya la tarde se ha convertido en noche, esta vez por el tiempo muerto habido (como en el baloncesto), tras el derribo al caballo en el cuarto toro de la tarde que duró la friolera de 25 minutos y que después literalmente de desnudar al jamelgo fue posible ponerlo sobre sus cuatro patas. Resultado, los aficionados se enfriaron a un más después de que el festejo ya venía cuesta abajo, por falta de contenido.
Hay veces que no entiendo nada a la afición venteña y más aún cuando se deja influir por el sector recalcitrante que todos conocemos. Hoy el público le negó el pan y la sal a un torero, que toreó más que bien, y digo bien, por menos cosas hechas ante los pitones de un toro, se ha pedido un trofeo, hoy tímidamente aparecieron unos cuantos moqueros pidiendo la oreja a Juan del Álamo el resto del personal hicieron más caso al tendido que según se dice “el más entendido de la plaza". A mi entender, creo que el de Salamanca, estuvo muy por encima de su oponente y en torero.
Los toros de Pedraza de Yeltes, con demasiadas carnes sobre sus osamentas, tomen nota el más grandón pesó la friolera de 686 kilos y con los cinco años más que cumplidos y el que menos 547, o sea, de media 611, pese al peso, ninguno de los 6 se fueron con la boca cerrada tras su muerte; siendo aplaudidos en el arrastre; el primero, el tercero y quinto, el que hizo cuarto ovacionado camino de los destazadores, este último al derribar al jaco produjo el tiempo muerto; por lo demás, sí que cumplieron aparentemente bien durante la lidia
 Javier Castaño se dobla con su primero Javier Castaño, creo que no estuvo en Madrid, más bien estuvo en su pueblo leonés de Cistierna; ¿que fue los lances con el capote?, a Castaño parece ser que se le olvidaron en el hotel, como también parece que se ha olvidado para qué sirve la muleta, dejándose tropezar los engaños y hasta perdiéndolos, también se ha olvidado el buen uso de los aceros. Hoy toreó siempre con el estaquillador por encima de los pitones de sus oponentes. Hoy simplemente vino a cumplir el expediente, esperemos que en su segundo día y en que se da el cerrojazo al ferial y ante los toros de Miura, sí que esté presente en el coso madrileño.
 Paco Uerña por manoletinas Tampoco dio más de si el lorquino Paco Ureña y mira que me gusta este torero, que para mí disgusto particular tuvo que pasar por la enfermería, tras ser volteado feamente, menos mal que tiene valor y con eso sumando su buen hacer en cualquier momento nos puede dar una sorpresa. Con su primero, unas pinceladas con la diestra mano y un valiente epílogo por manoletinas, para despachar a su oponente de una estocada entera un pelín caída que fue suficiente para entregarlo al tiro de mulillas; entró a matar en la suerte natural, que eso cuenta. Al tener que pasar por la enfermería se corrió turno, teniendo que matar en sexto lugar; logró ser aplaudido en varios pasajes de su quehacer, por los dos pitones, teniendo detalles de buen torero. Mató al animal de un pinchazo y en el segundo encuentro metió la mano dejando una estocada arriba y sin puntilla al animal.
 Una de las verónicas que Juan del Álamo administró en esta tarde Seis verónicas de manos bajas y acompasadas fueron el saludo al tercero de la tarde por Juan del Álamo, sumando esa media estupenda y siendo ovacionado. Claro lo tenía el salmantino y por ello se fue a los medios para brindar al respetable su quehacer; dirigiéndose a las tablas e iniciando la faena por alto siempre ganándole terreno y ya casi en los medios tres redondos diestros de excelente trazo cerrando la tanda con un forzado de pecho que gustó al respetable y la faena fue a más increchendo al torear por naturales contundentemente por su despaciosidad abrochados con dos pases preciosistas, su buena labor estaba hecha y había que aprovechar bien a la hora de la muerte y lo hizo, dejando una estocada entera quizás algo delanterilla, saliendo muerto el cuatreño. ¿Qué pasó? que apenas aparecieron pañuelos en los tendidos de sombra, quedándose el torero sin trofeo, ni siquiera la vuelta al ruedo; que me perdonen los buenos y malos aficionados, pero mi magín no lo digirió. Al correrse turno, del Álamo mató el quinto, el toro más pesado del encierro, un zambombo que manseó y también en algunos momentos hasta humilló. Juan de entrada con la franela lo sobó cuidándolo, luego con la diestra y la siniestra puso voluntad para torearlo pero el zambombo se quedaba en medio pase; lo más acertado era matarlo sin más dilación y el de Ciudad Rodrigo, le metió la mano dejando una estocada entera un pelín desprendida que dio cumplida cuenta con el cinqueño.
Los tres espadas despedidos con palmas al retornar al patio de cuadrillas y hablando de cuadrillas. Fueron aplaudidos los varilargueros: Fernando Sánchez y Tito Sandoval a las órdenes de Javier Castaño, como también el picador Paco María de la cuadrilla de Juan del Álamo. Con los garapullos, Ángel Otero y Fernando Sánchez que se desmonterarón. Y así fue el 5º festejo y así se lo he contado.
Fotos: Muriel Feiner
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