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Como ciudadana de un país neta e históricamente republicano (lo primero al menos en el papel y lo segundo, como nación independiente los títulos nobiliarios fueron efímeros), cuesta asimilar del todo el lugar de un monarca. El Rey, esa máxima figura.
Así, con una comprensión limitada de lo que el título de Su Majestad y La Corona como institución significan -su autoridad, influencia, importancia, etc-, en la práctica más que en la letra de la ley, aunado quizá con información reducida, desde México podríamos pensar que Felipe VI como Rey, no había mostrado una postura del todo clara en torno a “la fiesta nacional”. Cuando príncipe aún, no parecía ser el hijo que hubiese heredado la afición del Rey Juan Carlos.
Si hacía falta una declaración con un mínimo de contundencia, la ha dado hoy; y no de palabra. Su primer San Isidro. Asistió a Las Ventas, a la primera corrida de su primer San Isidro como Rey. No ha ocupado el Palco Real, y ello también es un mensaje -me parece. A los aficionados españoles, les hacía falta saber “quién” era Su Majestad El Rey Felipe VI de cara a la fiesta de los toros. Creo. Luego de su presencia hoy en el tendido, estoy cierta que desearán que vuelva a los toros.
Que vuelva El Rey.
 El Rey en Las Ventas, y sin figuras, todo un espaldarazo a la Fiesta Su Majestad Felipe VI y su majestad el Toro.
Que vuelva El Rey es algo que, sin la mínima duda, desean todos los aficionados. Ambos le hacen falta a la fiesta.
La presencia del Rey Felipe VI no podrá ser las 30 tardes restantes de este San Isidro, pero muy probablemente sí en la Corrida de Beneficencia. Y ojalá también acuda a otras plazas.
Pero, la presencia de El Rey de la Fiesta es imprescindible una tarde sí y la otra también. Tanto hace falta uno como el otro. Que vuelva el Toro bravo, imponente, fiero, fuerte, encastado. Ningún remedo de esos que se caen, se dejan, huyen y se rajan. El toro íntegro. El toro que pelea de manera férrea en el caballo, el que exige, el que acomete con celo. El que emociona, no el que aburre.
Nota: Me disculpo, si fuese necesario, por haber incurrido en alguna falta al protocolo real o aquello que representa SM El Rey. No ha sido de ninguna manera mal intencionada.
Foto: Muriel Feiner
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