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Hoy estaba anunciado un encierro de El Cortijillo, y, a la postre, sólo se lidiaron dos toros con este hierro (1º y 6º), completaron el cartel cuatro de Lozano Hermanos, mismo encaste y propietario. Y bien que se notó que eran hermanos de sangre. En primer lugar se lidió a Barba-Azul, un cinqueño, colorao careto, ofensivo por delante, algo bizco del izquierdo, armónico; y de unas hechuras que no debía fallar. Sin embargo decepcionó su comportamiento. De salida se aculó en chiqueros y luego obedeció mostrando flojedad. Suelto salió de la primera entrada al caballo y costó un mundo llevarle por segunda vez ante él. En banderillas marcó querencia a tablas y se mostró áspero en la capa. En el último tercio sacó temperamento en los primeros compases y embistió con más genio que casta, y, además, duro poco. Escarbó en los tres tercios y no le brindó a Adame más de cuatro o cinco arrancadas.  'Barba-azul' primer toro de la feria, primer manso de la tarde El segundo de Lozano Hermanos, bautizado como Artillero, de pelo castaño bragao y jirón, feo de hechuras, levantado y pobre de cara, además de malandado. Coceó a los dos jamelgos antes de proseguir barbeando tablas y se dolió como un suizo en los picotazos que le administraron los varilargueros. Con poca o ninguna entrega protagonizó el segundo tercio. En la muleta, por el lado derecho, no se entregó y tiró gañafones, se dejó engañar algo por el izquierdo. Fue un manso que buscó la huida durante los dos primeros tercios y que sólo se dejó algo por el pitón zurdo engañado por Pepe Moral.
El tercero respondía a Mojito. Colorao, bociblanco, con una cuerna tirando a veleta que realzaba el trapío. También saltó muy corretón de salida, y aunque cumplió en varas, anduvo sin fijeza en banderillas. Se arrancó de largo en la muleta del matador salmantino en el inicio. Había manseado en los dos primeros tercios, se empleó en varias series con mas genio que bravura para terminar rajado y costándole la entrega en la muleta de Del Álamo. Iluminado hacía cuarto, era negro chorreao, ligeramente bizco del izquierdo y tocado de pitones, basto para su procedencia. En varas fue un primor, había salido sosote de chiqueros, coceó al caballo en la primera entrada y salió de naja de la segunda, tercera, cuarta... Fue picado por cansancio. Sin entrega llegó a la muleta, rajado, buscando terrenos de nadie y aburrió de lo lindo. Manchoso saltó en quinto lugar, un colorao chorreao y ojalado, estrecho de sienes y falto de trapío. También salió suelto y con poca fijeza como todos sus hermanos, al menos éste se dejó picar. El tercio de banderillas fue informal, sin entrega por su falta de bravura. Y a la muleta llegó, aunque noble, sin aportar emoción alguna. Cerró plaza Cachorrero de El Cortijillo. Colorao, abierto de cuerna por lo que lavado de cara y de poco remate por detrás, grandote y basto. Sin picar se cambió el tercio, tomó cuatro o cinco picotazos de revirón sin entregarse en ninguno. Pesó este sexto al aficionado, emocionaba poco ver un toro que embestía con menos raza que un mulo y con la cara por las nubes, un solemnísimo buey. Pocas excelencias se pueden contar de un encierro descastado que manseó en todos los tercios y que hemos soportado de manera estoica gracias a que nuestro bagaje ferial es aun liviano. Foto: Muriel Feiner
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