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Con más de tres cuartos de entrada, se han lidiado novillos-toros de Garcigrande y Domingo Hernández, de juego desigual, destacando el bravo tercero premiado con la vuelta al ruedo.
El rejoneador Diego Ventura, Dos orejas.
Manolo Sánchez, Dos orejas.
Juan José Padilla, Dos orejas y rabo.
Miguel Abellán, Oreja tras aviso.
Joselillo, que sustituía a Paquirri, Vuelta al ruedo.
El novillero Francisco J. Espada, Ovación.
Magnífico ambiente en los tendidos en la cubierta de La Flecha La afición de Valladolid acudió en masa a la llamada de la solidaridad. El festival a beneficio de Proyecto Hombre, Asociación de diabéticos vallisoletana y el Banco de Alimentos resultó todo un éxito, mostrando los tendidos un gran ambiente, rozando el lleno.
Abrió plaza Diego Ventura, que tuvo una desigual actuación con un novillo bravo pero al que le faltó fuelle. Certero Ventura con los rejones de castigo, sin embargo su labor en banderillas tuvo altibajos con excesivas pasadas en falso.
Muy voluntarioso el vallisoletano Manolo Sánchez, que pechó con un novillo de deslucida condición, protestón en la muleta. Manolo Sánchez no pudo estar a gusto en una afanosa faena en la que llegarían los mejores momentos en una tanda sobre la diestra, en el tramo final. Dejó una estocada entera con habilidad.
A manos de Padilla caería el mejor novillo de la tarde, un animal de excelente condición, bravo, codicioso, de humillada embestida y largo viaje. El jerezano desplegó todas sus armas logrando conectar con un receptivo público. Intensa faena en la que primó la emotividad y vibración sobre la calidad dentro, de un conjunto en el que hubo variedad.
Deslucido el animal que le correspondió a Abellán falto de recorrido y sin clase. Muy por encima Abellán, tiró de recursos para exprimir lo poco que tenía el novillo.
Buena actuación de Joselillo, que sustituía a Paquirri, le correspondió en suerte un novillo que embistió con tranco y transmisión. Joselillo que salió a por todas nada más abrirse de capote, le dio sitio en la muleta. Consiguió ligar tandas en las que hubo temple por ambos pitones, corriendo bien la mano, sin embargo se mostró deficiente con los aceros empañando su actuación.
Manso de solemnidad el novillo que cerraba festejo. Espada, poco pudo hacer, más que intentar sacarlo de los tableros, sufriendo varias volteretas antes de irse a por la tizona.
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