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Con clima agradable y media entrada en los tendidos, se lidiaron ejemplares de Santa Bárbara bien presentados y con poco fondo. Pesaron en su orden 495 – 498 – 462 – 470 – 478 y 450 kilos respectivamente.
Diego Urdiales: Silencio y silencio
Manuel Jesús El Cid: Ovación en ambos
Guerrita Chico: Silencio y Palmas.
El Cid tuvo en la espada su talón de aquiles Aunque la corrida tuvo momentos emotivos con los montados, pues hubo dos toros que recibieron dos varas, peleando y quedándose dormidos en el peto del jamelgo, después en la muleta no trascendieron por el poco fondo del que carecieron. El tercero, toro del cual tenía fe ciega el ganadero y lo querían dejar por fuera, destacó por su casta que finalmente se llevó al destazadero sin poder ser interpretada y menos entendida por el diestro Guerrita Chico, escuchando la manida palabra toro-toro. Mano baja, temple y no muletazos al hilo del pitón, pedía el toro sin ser entendido. Meritoria fue su labor en el sexto de la noche, un manso condenado a banderillas negras con la cara arriba pegando hachazos y con las manos por delante defendiéndose en arreones que primaron sobre su condición de toro bravo.
Manuel Jesús El Cid, sigue atravesando un calvario por no poder matar los toros en el primer envite. Pudo cortar la oreja del primero en una faena en la que el toro le permitió torear en redondo, gustándose en cada muletazo y arrancando los olés del público. En el segundo toreó bien al natural hasta cuando el toro se acobardó en tablas. Le sobraron los muletazos de recurso efectista para el pueblo; serie de tres molinetes a una velocidad máxima en los que por fortuna no lo pillaron los agentes de tránsito porque le hubiesen llamado la atención mediante algún parte. Ahí se desconoce El Cid, técnico, reposado y artista.
Diego Urdiales con detalles. Su primero no sirvió y el segundo con dificultades, prevaleció la voluntad para dejar ver su toreo de clase en algunos muletazos que quiso enganchar dejando constancia de su categoría. Pasó por Medellín sin dejar huella para posteriores contrataciones.
Destacaron en banderillas los subalternos Garrido, Ricardo Santana, Hector Fabio Giraldo y los picadores, Rafael Torres, Luis Viloria, Diego Ochoa y Luis Pedroza Luisín.
Finaliza la temporada de Medellín con la corrida concurso de ganaderías para Sebastián Castella, Manuel Libardo e Iván Fandiño (Achury Viejo, Ernesto Gutiérrez, Fuentelapeña, El Paraíso, La Carolina y Santa Bárbara).
Nos enteramos de fuentes de entero crédito que el diestro francés Sebastian Castella quiere ponerle pegas a la corrida, exigiendo sorteo dizque porque no le interesa torear ni Fuentelapeña ni Santa Bárbara. ¡BASTA YA DE EXIGENCIAS Y CONTEMPLACIONES!
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