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Plaza de toros Santa María de Querétaro. Tradicional Novillada de Año Nuevo. Se lidiaron novillos de Gonzalo Iturbe, tres bien presentados y otros tres con características de menor edad, de los que destacaron el 1º, 2º, el 4º de arrastre lento, aplaudidos en la salida.
Humberto Quevedo, oreja y silencio tras tres avisos.
André Lagravere "El Galo", al tercio y ovación.
Octavio de la Vega, silencio y oreja.
Incidencias: El banderillero Gustavo Campos se desmonteró al ser ovacionado por dos buenos pares de banderillas con el 4º de la tarde.
Humberto Quevedo con su primer toro, de nombre “Rielero”, con el número 61 y 367 kilos de peso, inició su labor a la verónica para rematar por una media. Aunque no logró quedarse quieto y fijar los pies en la arena, tuvo dos series buenas por el lado derecho en las que consiguió el agrado del público. Dejó la espada tendida pero no tardó en caer el novillo, por lo que un numeroso sector del público, viéndose localista, pidió la oreja que le fue concedida al queretano.
Con su segundo, de nombre “Jarrito” y 442 kilos, que sin lugar a dudas fue el mejor de la tarde,, saludó a la verónica para rematar con una revolera. Con la muleta toreó por ambos lados y concluyó con manoletinas. No le sonrió la fortuna con la suerte suprema además de una mala dirección de quienes están atrás de él, y no sólo se le fue de las manos la salida por la puerta grande, también escuchó tres avisos. Al no poder regresar al novillo a los corrales, la Autoridad ordenó que fuera apuntillado. Acto seguido, el asesor técnico sacó un cartel que indicaba arrastre lento, mientras que en el ruedo el de Gonzalo Iturbe fue premiado con una vuelta al ruedo. En fin, una serie de irregularidades con un toro que debió haberse ido vivo a los corrales.
Verde, especialmente con la espada André Lagravere con su primer novillo de nombre “Tabaquero”, con 395 kilos de peso, demostró su técnica y proyectó personalidad, tras haber cumplido un año como novillero luego de su presentación en Gómez Palacio, Durango, el 1 de enero del 2014. Con el capote estuvo bien plantado al igual que con la muleta, teniendo buenos momentos, sin embargo, el respetable no estuvo con él al volcarse claramente hacia los toreros de la tierra. Saludó en los tercios.
Con el segundo de su lote, “Garboso”, que pesó 358 kilos, nuevamente dejó en clara la técnica que posee, estuvo con mucha voluntad y ganas de hacer las cosas ante un novillo que poco colaboró para una buena faena. Tuvo un muy vistoso tercio de banderillas. Fue ovacionado al término de su labor muleteril, de los pocos novilleros a quienes se les ve un futuro prometedor.
Solvente estuvo, pero no logró hacerse de la concurrencia Octavio de la Vega no pudo plantarse ni templar a “Colmenero” de 362 kilos, al que banderilleó con afición, quedando a nada de recibir una cornada. De ahí, se echó a la bolsa a la afición queretana, aunque en la faena se vio acelerado y nunca fijó los pies en un palmo de terreno. Falta mucho entrenamiento y torear, se retiró en silencio luego de no concretar exitosamente con el acero.
Con el que cerró plaza, “Morralito” y el más pesado y mejor presentado del encierro, con 435 kilos de peso, De la Vega invitó a banderillear a “El Galo”. Se dejó llegar al de Gonzalo Iturbe, ganándose al público aún con la falta de técnica que tiene. Como en el primero de su lote, nunca se quedó quieto pero estuvo con ganas de agradar. Recibió una oreja que al igual que la primera de la tarde, no fue merecida.También, muy nuevo, aunque supo granjearse al público
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