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Terrible lo de esta tarde. Con el ambientazo que había en la plaza. La corrida de ayer había llamado a más de un aficionado retirado a retratarse en la taquilla, pues además era que el cartel incluyendo los toros del maestro Rincón para Perlaza, Fandi y Castella gustaba a entendidos y profanos.
Sale el primero, bonito y con hechuras pa’embestir y se cae, sale el segundo y se repite lo del primero y llegan tercero y cuarto y esto parecía una semana santa con todos los toros arrodillados o doliéndose de las pezuñas.
Un quinto diferente logró renovar las esperanzas, no se arrodilló, y El Fandi le exprimió todo lo bueno que traía dentro. El segundo tercio, el de su numerito, a las carreras, a toro pasao, pero que valía para un público que estaba reventado en sus sillas esperando que se apareciera la Virgen a salvar esta debacle. Faena prolongada a más no poder, profesionalismo del torero de Granada tratando de darle al graderío una alegria y así cortó la única oreja de la tarde.
El Fandi fue el único que pudo saborear las ovaciones Salió el sexto, Castella entablerado, logra enjaretarle 4 verónicas de buen corte y hasta aquí la dicha, otro que va para el suelo.
Perlaza y Castella se van de vacío. El Fandi con su oreja y el ganadero con un dilema de marca mayor. Este problema de las pezuñas de sus toros es viejo y aún persiste. Esto es de pena, pero más de preocupación grande. Maestro Rincón, espabílese que el problema es grave.
Mañana Pablo Hermoso con Bolívar y Fandiño van a matar una corrida que supuestamente se moverá mucho, pero que habrá que llevar lupa para ver por donde andan los toritos de Gutiérrez. Según se dice, exigencia de Don Pablo el del caballo.
Foto: Agnés Peronnet
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