Con media entrada se han lidiado novillos de Montealto, bien presentados y de buen juego.
Fco. José Espada, silencio en su lote
José Garrido, oreja y dos orejas
Alvaro Lorenzo, ovación y dos orejas. Foto archivo Buena tarde de toros hemos vivido esta tarde en la localidad serrana de Guadarrama. Tres novilleros con ganas de ser alguien y una novillada de buena nota, con matices, han deparado un buen espectáculo.
Bien presentada la novillada de Montealto, algunos animales con cuajo de toro, ha empujado con fijeza en el caballo deparando un interesante, aunque dispar, juego en el último tercio.
Noble y con clase, justo de raza y de fuerza el que abría plaza. Pronto y con recorrido, tuvo fondo el segundo. Soso y aplomado el tercero. A menos el noble cuarto. Con transmisión el quinto. Buen tranco, humillando con recorrido el que cerraba festejo.
Entonada actuación de Espada emborronada por los aceros. Garrido demostró que anda sobrado y ya está para tomar la alternativa. Importante faena de Álvaro Lorenzo al sexto.
Empujó metiendo los riñones el primero de la tarde en el peto. Sin embargo llegó a la muleta soso y sin transmisión. Espada, hizo gala de un buen sentido del temple en una labor parsimoniosa, tan pulcra como carente de emoción debido a la insulsa embestida del animal, recurriendo al arrimón en el tramo final. Sin fortuna con la espada pinchando en repetidas ocasiones tras un feo metisaca.
Sin cata previa Garrido se estiró con el capote con el segundo, un novillo enmorrillado y sin excesivo cuello, jugando bien los brazos a la verónica. Tras cobrar un puyazo trasero, Carretero con cuatro suaves lances enseñaría la boyante embestida de “Certero”.
Garrido principió la faena por estatuarios. El extremeño aprovechó la buena condición del animal, que se desplazó con prontitud y recorrido por ambos pitones. Faena bien estructurada, de torero hecho, presidida por el temple y la ligazón, corriendo bien la mano por ambos pitones. Unos circulares invertidos pusieron broche a una extensa labor, rematada por un espadazo.
Con fijeza y cara abajo el castaño tercero empujó en el caballo. Aplomado y falto de recorrido en el último tercio, Álvaro Lorenzo se mostró muy por encima en una faena en la corta distancia. Voluntarioso y entregado remató su trasteo con una estocada perpendicular y caída.
Fácil Espada con el capote en el cuarto, en su recibo a la verónica bajándole la mano. Tuvo clase en la embestida sin embargo duró poco el novillo. Compuesto y templado el madrileño en un trasteo sobre la diestra a media altura, sin tirones. Haciendo todo a favor del novillo, un firme y encajado Espada exprimió en el toreo de cercanías, robando las embestidas con sacacorchos. No pasó con la espada.
Con una larga cambiada en terrenos de tablas recibió Garrido al quinto, meciendo el capote a la verónica rematando con una preciosa media. Airoso el quite por verónicas, influenciado por Ferrera. Por bajo inició su faena intentando ahormar la encastada embestida del novillo. Faena en la que primó la vibración y el ritmo sobre la calidad en un conjunto algo acelerado y de tandas cortas. Nuevamente Garrido, despejado de ideas y con recursos, se mostró dueño de la situación en todo momento. Dejó un feo bajonazo perdiendo la muleta.
Montado arriba y con cuajo de toro el que cerraba plaza que peleó con fijeza en el peto. Tras una eficaz lidia de Antoñares, Lorenzo se salió a los medios enseguida. Bravo novillo, con tranco y nobleza en su humillada embestida. Cadencioso y templado Lorenzo firmó los mejores pasajes de la tarde. Le dio sitio y tiempo al novillo cuajando series de cinco y seis muletazos por ambos pitones. Destacando del conjunto varios naturales de alta nota. Unas luquecinas sirvieron de broche antes de matar de un contundente espadazo
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