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Con tres cuartos de entrada se han lidiado dos toros para rejones de Carmen Lorenzo, buenos, y cuatro de Juan Pedro Domecq, flojos y de desigual juego.
Hermoso de Mendoza, silencio y dos orejas
José María Manzanares, silencio y oreja
Paco Ureña, silencio y ovación.
Tres cuartos de entrada en el día de San Mateo. Una tarde marcada por la sustitución de Enrique Ponce por el diestro Paco Ureña que si bien cortó ayer dos orejas no dio el toreo ni el nivel suficiente para merecerla por derecho.
Foto archivo Corrida mixta que se mezclo así:
Chenel Chenel y Chenel. El protagonista, la Maravilla a dos pistas y al quiebro insospechadamente ajustado medido y concreto. La faena de Pablo Hermoso a uno movidito de Carmen Lorenzo estuvo marcada por el y por los espacios medidos de Viriato. Mató mal y recibió una ovación. Ver a Chenel le reconcilia a uno con esto del albero y el tendido. Ansiaba las dos orejas Pablo Hermoso y las consiguió. Churumay, Disparate, Habanero y Pirata. Las Hermosinas de Disparate de disloque así como el verse combar a Pirata. Y la preciosidad de Habanero... Faena espectacular de Pablo Hermoso ante un toro justo de fuerzas de Carmen Lorenzo. Puerta Grande para el centauro de Estella.
El primer "oponente" por decir algo de José María Manzanares estaba cogido con alfileres por todos los lados imaginables. De Juan Pedro Domecq. Tanto que a la primera serie con la muleta se tumbó. Literal. Lo levantaron y a la segunda se volvió a tumbar. Literal. La muerte a la segunda y rotunda. Sombrerero era un toro noble con recorrido y dulce y Manzanares lo vio, lo trató y lo lució. Faena aseada con momentos de lucidez y costumbre. Estocada marca de la casa, brutal, aviso y la oreja. Se resarció José María Manzanares.
Hediondo. Un toro de caramelo de Juan Pedro Domecq. La quintaesencia del bombón. Y Paco Ureña ofuscado, perdido y sin sitio. Un pitón derecho de planeador y el izquierdo corto pero presto a alargarse. Recorrido y motor suave. Y Paco Ureña sin claridad y superado. Mal. Mató de media estocada y perdió mucho. Y salió el segundo, y sacó casta y agresividad y hasta un puntito de violencia y Paco Ureña fue Paco Ureña. Sólido y con sitio y quieto y aguantando y con algún verdor que se agradece porque se aprende. Fue otro. Otro mil veces mejor. La mala muerte le privó de algún premio.
Una tarde con muchos detalles, con mucho análisis y con alguna ilusión. En este páramo árido es un respiro.
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