Con media plaza, se han lidiado toros de Hnos. García Jiménez 1º y 6º, el resto de Olga Jiménez, correctos de presentación mansos, flojos y descastados. Enrique Ponce, palmas y oreja Finito de Córdoba, silencio tras dos avisos y silencio El Fandi, dos orejas y dos orejas. Foto archivo Un deslucido encierro de García Jiménez, en dos de sus hierros, en el que predominó la falta de raza, la mansedumbre y ausencia de fortaleza estuvo a punto de dar al traste con un festejo salvado por El Fandi, así como el magisterio de Ponce.
Entrega total de El Fandi que cuaja una completa actuación. Flojo y rebrincado el que abría plaza. No terminó de romper a embestir el segundo. Pronto y codicioso el tercero que se acabaría rajando. Manso el cuarto. Claudicante, de mortecina embestida el quinto. Con movilidad pero falto de fuelle el que cerraba función. Tapó muchos defectos Ponce al primero. Un animal flojo, que protestaba en su embestida por la falta de fuerza. Ponce, en sorda labor, tiró siempre del animal sobre la diestra, intentado alargar su recorrido. Dejó una estocada entera y caída en la suerte contraria. Se quiso quitar el palo el segundo en su encuentro con el peto, que se aquerenciaría en los tableros durante el tercio de banderillas. Ya en la muleta, no terminó de romper hacia delante en su embestida. Faena de querer de Finito en la que bajó la mano en un conjunto algo crispado, en el que abusó en exceso de la voz, faltando limpieza al trasteo. Destacando una intensa tanda en un palmo de terreno, antes de irse a por la espada, con la que daría un auténtico mitin. Con una larga cambiada en tablas se hizo presente El Fandi. Galleó por chicuelinas para dejarlo en suerte en el caballo. Fácil y variado encontró toro en todos los terrenos con los palos. Una tanda completa de rodillas sirvió de apertura de un trasteo que tuvo intensidad. El granadino, en una labor con altibajos, corrió bien la mano por momentos, en compactas tandas sobre la diestra con un toro de boyante embestida, que sin embargo se acabaría rajando. Recetó un estoconazo trasero. Hizo sonar el estribo el cuarto, doliéndose del hierro. Se rajó a las primeras de cambio. Inteligente Ponce en una faena sin tregua pues no le dejó pensar al animal, dejándole siempre la muleta puesta en la cara. Lo fue sobando hasta meterlo en la canasta, en el tramo final llegaron las poncinas marca de la casa. Pinchó antes de dejar una estocada de recurso, al encuentro aprovechando el viaje hacia toriles. Claudicante, y de mortecina embestida el quinto. Finito de Córdoba en breve trasteo, citó con la muleta retrasada en la corta distancia sin lograr lucimiento alguno. Deficiente con la espada nuevamente. Un entregado e inconformista Fandi volvió a dar la cara con el manso sexto. Lanceó a la verónica de rodillas. Tras aparatoso derribo en varas, vistoso su quite por lopecinas. Desigual en este turno con las banderillas. El granadino sin pensarlo se fue a los medios para principiar su labor de rodillas pegándole una tanda en redondo. Siempre lo llevó tapado para evitar la huída a tablas a la salida de cada muletazo. Hubo naturales de bella factura en una entregada faena rubricado por un eficaz espadazo.
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