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De los 31 festejos de la Feria de San Isidro 2014, 19 de ellos tuve la suerte y la oportunidad de comentar en aspectos puntuales de cada uno de ellos, a través de la sección Visto por la Tele, desde mi querida ciudad de Quito (la carita de Dios), capital de la República de Ecuador, hermoso país sudamericano ubicado en la mitad del mundo. Comentarios realizados luego de mirar cada uno de los festejos (corridas de toros, novilladas y corridas de rejones), a través de la trasmisión -en directo- de Canal Plus Toros.
Las corridas de toros fueron aquellas en las que las ganaderías eran las llamadas duras, las corridas de rejones y las novilladas fueron todas, teniendo que establecer aspectos que sobresalían en cada festejo o, simplemente, que causaba división en el criterio de quienes habían mirado la corrida pues, esa era la finalidad de la sección de OyT dentro del Especial de San Isidro 2014 y, sumando a eso, el que yo miraba a miles de kilómetros de distancia a través de la televisión, ya que, una cosa es analizar una corrida vista en directo y en medio de la pasión de la gente, mientras que, otra cosa muy distinta es la de hacerlo a distancia y en la comodidad del hogar. Antonio Nazaré, David Mora y Jiménez Fortes en el Hospital Creo que es importante destacar, que deseo emitir mi criterio actual y, en forma general, de lo que pude mirar en las corridas de la feria de este año pero, eso sí, siempre destacando lo que ocurrió en los 19 festejos que estuve en manos de nuestros amables lectores. Eso sí, con toda la libertad del caso, ya que, nunca nadie, ha llegado con una sola insinuación siquiera, de cómo debíamos opinar. Lo más importante para mí, como viejo aficionado a la mejor de las fiestas, es haber visto a un elevado número de jóvenes novilleros, de corta edad pero, con el gran deseo de llegar lejos en esta difícil profesión. Eso sí, de acuerdo con el poco rodaje por los cosos del mundo taurino. Recuerdo cuando mi gran amigo, Don Humberto Jácome, aficionado práctico y notable periodista, cuando iniciaba mi actividad de relator y comentarista taurino, que me dijo: “nunca mires lo que hace un novillero, mira lo que intenta hacer”. Llevando en mi interior esas palabras, yo me apasiono cuando estoy presente o a través de la televisión, en una novillada. Qué gran futuro tiene la fiesta en lo que se relaciona con futuros matadores.
En igual forma, es interesante el número de rejoneadores jóvenes que están en actividad al momento. Es lógico suponer que, al igual que los novilleros, tienen todavía mucho que aprender pero, estoy seguro que poco a poco irán creciendo en su experiencia y, más aún, cuando he visto a una de las figuras del rejoneo como Diego Ventura, estar siempre junto a estos jóvenes toreros de a caballo, aconsejándoles lo que deben hacer. Yo disfruto como pocos en las corridas de rejones, ya que, desde los cinco años estuve sobre un caballo y, pude cumplir con uno de mis sueños, como era el competir en saltos hípicos. Esa pasión no morirá nunca, aunque la viví en activo hasta los 18 años, en competencias nacionales e internacionales. Por acaso, desde la misma edad, soy aficionado al toro bravo.
Sin embargo, no todo ha sido bueno. Creo que, con las excepciones del caso, sobre todo de las corridas duras que nos permitió ver al toro autentico y, algo del toreo antiguo, cuando el toro bravo hacía lo que debía, buscar a su enemigo para cornearlo. Mientras que, el matador de toros, debía lidiar a su adversario en la arena pero, sin exigirle cien pases de una “monjita de la caridad”, sino hacer lo que la faena necesitaba, de acuerdo con las condiciones del toro. Para "muestra basta un botón" dice un proverbio antiguo verdad, o ya se olvidaron de los tres espadas heridos por asta de toro y, la corrida que apenas tuvo dos toros (?).
Gracias a ustedes amigos lectores de OyT, por la oportunidad de que puedan leer opiniones diferentes de cada uno de quienes somos parte de este portal taurino. Y, también gracias a nuestro Director Don Antolín Castro que, ha confiado en este aficionado sudamericano, para opinar en una feria tan importante como es la de San Isidro, en la mejor plaza de toros del mundo, Las Ventas, en Madrid.
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