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En medio de la expectativa del aficionado por ver el rendimiento de los toreros con una corrida dura, como la llaman, a los astados de la ganadería de Don Victorino Martín, se ha terminado la misma con algunos pasajes raros dentro de la lidia misma y, con la reacción no entendida del aficionado que, esta tarde, ha concurrido a la Plaza de Las Ventas. Durante el segundo toro que le correspondió al matador Antonio Ferrera, se lo vio realizar cosas de toreo antiguo: llevar con elegancia y torería al astado hacia el varilarguero y luego de que el picador cumpliera con su objetivo, llamar la atención el propio matador y sacar al toro del caballo, para luego de llevarlo con el capote en gran forma hacia los medios, volver a colocarlo en forma espectacular, para que arranque desde distancia hacia el caballo, como lo hizo en las dos ocasiones. Como el segundo de su lote no sirvió, como la mayoría de los astados, lo lidió en gran forma, con muletazos bajos que fueron aplaudidos por el respetable. Siempre será importante recordar cosas buenas de antaño.
 Se dobló eficazmente Ferrera con su segundo en un macheteo de otro tiempo Alberto Aguilar, tuvo en suerte a su primer burel, posiblemente, el más encastado de los seis que salieron por la puerta de los chiqueros. Estuvo bastante bien con la muleta pero, padeció a la hora de matar. Y, justamente, en uno de los intentos por meter la espada, se clavó la misma en el gemelo y sufrió un puntazo pequeño en la mano. Fue a la enfermería pero, salió para torear al último toro. También con problemas en la suerte suprema. En el quinto de la tarde, que le correspondió a Ferrera, salió la alimaña de la corrida. Un toro manso de un peligro tal, que poco pudo hacer el matador de turno pero, cuando ya el astado había doblado, se levantó y atropelló al subalterno Manolo Rubio que, al parecer, sufrió una cornada. Incluso Ferrera, quiso apuntillar al animal, sin conseguirlo.
Sin embargo, al final de ese quinto toro, el público de Madrid ovacionó a esa alimaña (?), cosa que no entiendo pero, todavía más, cuando había terminado la corrida, los tres toreros salieron juntos con sus cuadrillas y, nuevamente los aficionados, los silbaron y abuchearon por lo que había ocurrido. Ahí es cuando uno, desde la mitad del mundo y, viendo a través de la televisión se pregunta, ¿qué querían que hagan los tres matadores, con la mala calidad de estos complicados y peligrosos victorinos? Creo que cada uno de ustedes, tiene la palabra. Por eso, ¿ocurrieron o no cosas raras en esta corrida?
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