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Era uno de los carteles de más expectación del mes de toros en Madrid, pero al final, la tarde no terminó de despegar. Con S.M. El Rey Don Juan Carlos presidiendo por última vez la tradicional Corrida de la Beneficencia, y la plaza llena hasta la bandera, los Núñez de los Lozano no terminaron de romper como se esperaba. No fue ni mucho menos el mejor encierro que se recuerda de esta divisa en Madrid. La primera parte fue de suspenso rotundo, aunque bien es verdad, a partir del cuarto hubo algo más de interés.
Fue para empezar un encierro muy desigual de hechuras, aunque en su mayoría en el tipo del encaste y esta ganadería. Algunos muy justos como primero, tercero y quinto por su falta de remate. La mayoría, correctos por delante, con las caras típicas de Núñez (tocaditos de pitones, ligeramente abrochados o corniapretados, estrechitos de sienes y astifinos), anduvieron muy justos de remate. Algunos como esos citados anteriormente no tenían ni morrillo ni culata, sólo kilos y cara. Pero eso, señores, no es el trapío. El resto sí tuvo más cuajo y remate, aunque no saltó al ruedo ninguno exagerado. Las capas también fueron las habituales en el hierro de la P: algún negro listón, castaños, colorados, o chorreados en sus distintas vertientes. Si no fue la mejor corrida de Alcurrucén en cuanto a comportamiento, tampoco lo fue en cuanto a presentación se refiere. Eso sí, por ejemplo, cuarto y sexto sí fueron una preciosidad de hechuras y Núnez típicos.
Durante la lidia, los astados de los hermanos Lozano también mostraron algunas características típicas del encaste: fríos y sueltos de salida; y, en su mayoría, mansos en el primer tercio. Tan sólo el cuarto cumplió algo más empujando con un pitón y moviendo al caballo. Los demás, evidenciaron mansedumbre en distintos grados. Los peores fueron segundo, sexto y, sobre todo, el quinto, un manso de libro que cada vez que sentía el hierro huía del caballo como alma que lleva el diablo. Algunos tampoco fueron fáciles de salida y en banderillas, frenándose mucho y después esperando y cortando a los banderilleros (quinto). Y en la muleta hubo de todo, pero predominó la mansedumbre y falta de casta y clase. Además, el que abrió plaza fue un animal que rozó la invalidez. Muy blando ya desde que salió, lo cuidaron en varas, y llegó a la muleta casi sin poder con su alma. Noble, muy noble, y de gran calidad, pero de nula transmisión por su falta de fuerzas y fondo. Una imagen, como mínimo, reprobable, la de una supuesta figura del toreo abusando de su superioridad durante diez minutos ante un astado claudicante y con media lengua fuera. ¿Es esa la fiesta de la emoción y la verdad? Tampoco valieron segundo y tercero. El primero del lote de Fandiño fue un mansito mentiroso y muy informal de comportamiento que se movió a arreones, sin clase y embistiendo con las manos. Además se metía siempre por dentro. El cuarto, por su parte, que ya mostró mejor condición de salida y que cumplió en el caballo, tuvo virtudes en el último tercio y sirvió, pero El Juli no se acopló con él y además se equivocó al exprimirle demasiado desde el principio, sin darle aire ni sitio. Y el quinto y sexto fueron, a la postre, los más interesantes. Parecidos de comportamiento, fueron claramente mansos en los primeros tercios, pero llegaron con poder y exigencia al último tercio. Mejor fue el quinto, que la quería coger por abajo y tenía gran transmisión. El último es verdad que fue más violento y geniudo, pero tampoco Talavante anduvo como debía.
 El 3º ese promedio sin presentación digna y mansito que selló el hierro 1º: Nº 252, “Rompepuertas”, negro, 513 kilos, nacido en 04/09:
- Cinqueño. Justito de presentación. Se tapa por la cara. Sin remate ninguno. No tiene morrillo, ni culata. Muy en Núñez. Cara muy colocada, abrochadito, tocado de pitones, astifino. - Ya muestra debilidad en los primeros lances. Justito. - Le cuidan en varas. Llega y se deja pegar, cumpliendo sin más. Poca historia. - Noble hasta la extenuación y de gran calidad, pero muy flojo y sin transmisión. Una imagen lamentable la del "poder" y sometimiento del Juli ante un animal tan bondadoso como claudicante sin el más mínimo peligro ni importancia.
(PITOS EN EL ARRASTRE)
2º: Nº 6, “Corneta”, colorado, 546 kilos, nacido en 09/08:
- Cinqueño. Correcto de presentación. Mucho más hecho y lleno. Muy levemente bizco del pitón derecho. Por delante, correcto. - Manso en el caballo. Tras sentir el hierro, pega un salto y se marcha muy suelto. - Embiste rebrincado y con fuerza, por momentos a arreones de manso. - Toro informal en su embestida y mentiroso. Se movía, pero sin claridad, metiéndose muy por dentro, sin continuidad... En ocasiones te embiste con las manos y muy humillado, pero sin clase y de forma muy incómoda. Luego frenándose mucho.
(PITOS EN EL ARRASTRE)
3º: Nº 9, “Cumbre-Alta”, negro chorreado bragado meano, 595 kilos, nacido en 11/09:
- Justo de presentación. Grandón, pesado y largo, pero sin remate. También sin morrillo. Desproporcionado. Cuerpo muy grande, cara más fina. Armado, pero en conjunto dice poco. - Frío de salida, se frena en el capote. No es alarmante porque son características del encaste. - Manso en el primer tercio. Otro que sale muy suelto en cuanto siente el castigo y se marcha hacia la querencia. - Otro manso de embestida deslucida. Se mueve sin clase y sin terminar de humillar. A veces derrotando por arriba. Escaso fondo y transmisión.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
4º: Nº 14, “Herrerito”, castaño listón chorreado, 544 kilos, nacido en 12/09:
- Bien presentado. De buenas hechuras, en tipo, pero con remate. Serio por delante, colocado y arremangado de cara. - El más cumplidor en el caballo. Empuja, aunque por momentos lo hace sólo con un pitón. Mueve al caballo. - Otro aire en los capotes, con más recorrido y templanza. - Toro medio, pero válido que tiene cierto fondo y buena condición. El Juli no se llega a acoplar con él y además comienza exprimiéndolo demasiado y muy encima, sin darle sitio ni aire al animal. Termina venido a menos.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
5º: Nº 6, “Pelucón”, castaño chorreado bragado, 547 kilos, nacido en 11/09:
- En el límite en cuanto a presencia. Con el remate justo, pero estrecho por delante. Cara muy en Núñez: muy estrechito de sienes, ligeramente abrochadito y tocadito de pitones. Bizco del pitón izquierdo. - Manso de libro en varas. Sale como alma que lleva el diablo cada vez que siente el hierro. Se quita el palo y va de un lado a otro sin quedarse en el peto. Varios picotazos, pero lo dejan crudo porque no lo consiguen sujetar. - Complicado en banderillas. Espera, corta y luego arrea fuerte al banderillero de turno. - Manso encastado en el último tercio. Llegó a la muleta embistiendo con todo, con transmisión y exigencia. Lo hacía por abajo, pero se desordenaba mucho cuando tocaba la muleta o le tocaban por arriba. De más a menos. Acaba podido y muy entregado y parado.
(PALMAS EN EL ARRASTRE)
6º: Nº 268, “Barba-Azul”, castaño chorreado, 523 kilos, nacido en 04/09:
- Cinqueño. Buen toro, muy en tipo, bien presentado. Bajo, de buenas hechuras, sin exageraciones, pero serio y ofensivo por delante. Corniapretado, astifino, puntas hacia arriba. Cara fina. - También manso en varas. Cornea el peto y sale sueltecito. - Mansito que llega a la muleta con mucho que torear. Exigente y complicado. Transmite, pero no es fácil. Unas veces humilla, y otras sale con la cara por las nubes pegando un hachazo. Necesitaba que se doblara el torero, que pudiera con él. Tiene fijeza y poder.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
*Foto: Muriel Feiner.
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