La Ficha del Festejo.

Bien podemos decir que el festejo de hoy, que hacia el vigésimo cuarto de la feria, ha pasado como una corrida más sin mayor historia, ni por el ganado tan esperado por los aficionados amantes del toro, ni tampoco por los toreros que se fueron de vacío de retorno al hotel. Apenas pudo saludar desde el tercio en sus dos toros, el neófito confirmante, el jienense José Carlos Venegas y prácticamente aquí acaba la historia.

Los seis toros de Celestino Cuadri, fu un encierro más bien discreto y deslucido, eso sí con mucha presencia, pitones y rematados, pero exagerados de peso ya que dieron un peso medio de nada menos que de 610 kilitos, el de mayor peso 642 y el de menos 578. Casi todos los espectadores que llegaron al coso madrileño y que no fueron pocos venían por el atractivo del hierro onubense de los herederos de D. Celestino Cuadri, corrida de las llamadas duras, pero creo que esa fiereza o dureza, como ustedes quieran llamarla se quedó en las fincas de Trigueros (Huelva). Los ejemplares que más destacaron fueron los lidiados como primero y segundo, que obtuvieron palmas camino del desolladero, tercero y quinto pitos en el arrastre, silencio el cuarto y división el que cerró plaza. No creo que el caballero D. Fernando Cuadri esté satisfecho del comportamiento de sus pupilos. ¿A qué no? D. Fernando.

Un encierro de Cuadri con kilos como es habitual, pero desfondado

De los tres alternantes tampoco hay mucho que contar, ya que el padrino de ceremonia Javier Castaño poco tiene que presumir en el primero de su lote, segundo del festejo; lo recibió a manera de saludo con unas buenas verónicas rematadas con  la media de rigor algo apresurada. Y con la franela en ristre empezó pegado a tablas y por alto saliéndose hacia las afueras con mucha delicadeza, la mayor parte de su labor con la mano diestra en buen tono pero sin llegar a los tendidos, se le aplaudió cuando ejecutó un vistoso martinete, bajando en intensidad al torear por el pitón zurdo, ya que el bicorne dijo nones por ese pitón, retornó al encontrarse más a gusto con la diestra mano, citando de frente como mandan los cánones pero no consiguió trasmitir emoción a los tendidos. Tomo la toledana y entre las dos rayas entró a matar, dejando una estoada entera un pelín desprendida, doblando el animal.  Con la muleta abuso del feo piquito que a otros toreros “figuras” se lo permiten, pero a él no, por ello hubo protestas, especialmente en los tendidos de la solanera, Castaño no se encontró cómodo con el cuadri al que lo envió al destazadero de una estocada casi entera traserilla y de un certero golpe de cruceta.

Con el segundo, Castaño no pudo llegar a los tendidos

Un toro muy largo y astifino con 642 kilos sobre sus lomos le tocó de primero al madrileño Iván García que lo saludó con unas buenas verónicas, pero ya con el trapo rojo siempre toreo con la muleta retrasada como ahora es costumbre, encima no dejó en ningún momento los pies quietecitos, ello motivó las protestas del respetable que pitó al torero. Un calvario pasó el de Madrid para deshacerse del astifino animal, escuchando un recado desde el palco de la autoridad. Poca fuerza pese a los kilos tenía el quinto del festejo por ello todo su quehacer lo tuvo que hacer toreando siempre a media altura sin decir nada de nada, un vecino de localidad le comentaba a su compañero ¿Qué hacia este torero? al que había incluido en el cartel la empresa, que apenas había toreado en la temporada pasada sólo dos festejos y sin trofeos; ciñéndonos a la verdad, estuvo anodino sin justificación alguna; el cónclave protestó y con razón. Se lo quitó de encima de un pinchazo y de una puñalada trapera más dos golpes de verduguillo. Silencio sepulcral en los tendidos.

Iván García cumplió con el compromiso, pero no llegó a justificarse

José Carlos Venegas el torero de Beas de Segura, confirmaba alternativa tras cuatro años ejerciendo ya como matador de toros, pese a estar poco toreado si supo dar la cara en Madrid, siendo el único de la terna que saludó en su lote. Tras la ceremonia, se fue a la boca de riego para iniciar su faena con la mano diestra en una corta tanda de tres pases, dos de ellos de buena factura ya que maneja bien la muñeca, tras el remate, se desplantó ante la cara el toro, consiguiendo que los parroquianos batieran palmas, con la mano zocata le faltó firmeza y cuando algo más esperábamos del confirmante, el morlaco perdió gas y el neófito opto por terminar su actuación con unas manoletinas pasándose a su oponente por el fajín. Lo mejor de su actuación, fue cuando cuadró al cuadrúpedo para despacharlo de un pinchazo y de un estoconazo en el hoyo, doblando sin puntilla el bóvido. Eso le valió una ovación y saludar desde el tercio.  

Venegas ribeteó a Ribete con una buena ejecución al segundo viaje

Nada fácil era el cuadri último de la corrida, que desde que inició faena el toro le fue comiendo los terrenos y al tercer muletazo por el pitón izquierdo el cuatreño empitonó al matador, infiriéndole una cornada de pronóstico leve; el toro muy listo aprendió con rapidez y el de Beas sacó a relucir su valor con lo que se ganó al público que aplaudió al chaval si reticencias. Tomó la espada para dejar media estocada de las que suelen hacer daño, el bicorne se aculó en tablas no cayendo como era previsible y el de Jaén tuvo que utilizar el descabello hasta en tres ocasiones, sonándole un aviso. Pero dada su decisión y las ganas que puso ante el bicho, el público le premió con fuertes palmas que él agradeció saludando desde el tercio.

Con el 6º, luego de la voltereta, le plantó cara de nuevo y terminó ovacionado

Una vez más se lucieron con los garapullos David Adalid y Fernando Sánchez saludando montera en mano en los dos toros que sorteó Javier Castaño. También escucharon palmas los rehileteros: Antonio Martín de la cuadrilla de Iván García y Vicente Cabanes de la de Venegas.

No es que saliéramos decepcionados con las reses de Cuadri, pero tampoco salimos contentos.

Mañana en la arena venteña “Los Adolfos”, en que están encartelados Antonio Ferrera, Diego Urdiales y el triunfador del ciclo hasta ahora, Miguel Ángel Perera. ¡A que no hay entradas!.

*Fotos: Muriel Feiner.