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Como se trataba de la corrida de los Hijos de Celestino Cuadri, posiblemente, era un público diferente de aquel que llena las aposentadurías del coso venteño pero, en igual forma, llegó para ver lo que ocurría en una tarde con “corrida dura” y, con toreros que, salen dispuestos a todo pues, son pocas las oportunidades que tienen, durante la temporada taurina del presente año. Sin embargo, existe un interés especial cuando actúan David Adalid, Fernando Sánchez, Marco Galán y Tito Sandoval.
Hoy, hubo cosas raras en la plaza: angustia del aficionado, cuando Venegas fue revolcado por el último de la tarde; el salto de dos antitaurinos (que no digan que son espontáneos) cuando terminaba la vida el segundo del lote de Castaño, en un total irrespeto al aficionado taurino; y, los pitos de cierta parte del respetable, cuando inicia la faena Javier Castaño.
 Fernando Sánchez saluda e invita a saludar con el gesto a David Adalid Pero, desde la mitad del mundo, a través de la televisión, he podido mirar -como algo fundamental- el profesionalismo que tienen quienes integran la cuadrilla del matador Javier Castaño. En el primero de su lote, ante la sorpresa de todos, se cambió el orden de los banderilleros y, actuó por delante Fernando Sánchez con dos pares sensacionales y, un gran par de David Adalid, mientras que, Marco Galán lidiaba a Salero, con 578 kilos sobre sus lomos, un hermoso astado negro listón. La ovación no se hizo esperar y, los banderilleros tuvieron que desmonterarse para recibir el premio de los asistentes.
En el segundo de su lote, volvió todo a la normalidad y, fue por delante David Adalid para dejar dos excelentes pares de rehiletes y, remató Fernando Sánchez con un gran par en todo lo alto. La ovación, tampoco se hizo esperar y tuvieron que desmonterarse. Nuevamente, el capote de Marco Galán, complementó la faena en este gran segundo tercio. Lamentablemente, las condiciones del burel, no le permitieron lucirse como siempre, al varilarguero Tito Sandoval quien, hizo lo que debía hacer “torear con su caballo” pero, el toro, de nombre Comandante, con 619 kilos de peso, un astado negro, no embistió como se esperaba. El único punto que es necesario anotar, en el final de este pequeño comentario es, que nadie entiende cómo, los pitos afloran en las bocas de algunos aficionados, cuando Javier Castaño toma la muleta. (?) El brindis de este toro, lo dedicó a su Majestad el Rey Juan Carlos, quien ha anunciado su abdicación del trono, en favor de su hijo Felipe.
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