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La Ficha del Festejo.
Tarde dominguera isidril y ni por esas acudió la gente, una entrada que cubrió las dos terceras partes del aforo y no era para menos ya que en el cartel del anunciado sólo quedaron dos, El Capea y Alberto Aguilar, ya que el tercero que era Paco Ureña tuvo que ser sustituido por el percance sufrido el pasado viernes por su compañero colombiano Sebastián Ritter, que poco o casi nada ganamos con el cambio; la tarde venía cuesta abajo desde el principio, en que hubo que ser devuelto a los corrales por romperse un pitón, cosa en que marró D. Trinidad ya que el toro se lesionó en el ruedo por lo tanto fue devuelto antirreglamentariamente. Y aquí empezó el baile, con lo de correr turno, cosa que no paró ni al final, a eso añadamos los dos sobreros más, apaga y vámonos.
En esto del ganado vamos de mal en peor y esto no me lo puede negar nadie, la tarde iba de c… y cuesta arriba que es más difícil por culpa del ganado de “lidia”. Si en muchas ocasiones “regañamos” a los toreros al decir que a Madrid hay que venir con otra actitud, también debemos hacerlo con los ganaderos, a Madrid hay que escoger lo mejorcito que tienes en la finca, ya que se dice que la feria de San Isidro es la más importante del mundo y la más larga como para aburrirnos como hoy. Toros bien presentados, pero sosos, sin fuerzas y sin casta de lo que llamamos brava, yo rogaría a los señores ganaderos cuidar mejor sus pupilos, para no pasar un bochorno como el de hoy.
De los toreros también hay poco que hablar o contar, el único que dio la cara fue el madrileño Alberto Aguilar que enseñó en el quinto, lo buen torero que es. Pedro Gutiérrez “El Capea” sin alma, sin ideas y abúlico. Sebastián Ritter o no fue su tarde o las cosas no rodaron bien al colombiano, que dio un mitin con el descabello en último de la tarde, escuchando los tres avisos cuando el animal doblaba. Así que la crónica y con mucho mérito es para ese pequeño gigante que es Alberto Aguilar, ya que lo demás no cuenta.
Ya nos anunció sus intenciones al saludar con el percal al segundo del festejo con tres buenas verónicas y una excelente media de remate. Con la pañosa inició faena con pases por alto y por bajo y sin amaneramientos, ya fuera con la derecha pases de buen tono, pero la gente muy fría apenas le brindó unas palmitas, no las hubieron por el otro pitón dado que el toro se acabó totalmente, creo que se lo cargaron en el caballo al darle fuertemente con la puya. La solución, matarlo haciéndolo de un pinchazo perdiendo la muleta y de una entera en buen sitio, entregando su vida el animal.
 Además del incidente del segundo en el caballo, la tarde no pintaba nada bien En el quinto Aguilar mostró todas las cualidades que atesora. Con buen son empezó su quehacer muleteril con la diestra mano, de la 1ª tanda, tres francamente de buen son yendo a más por ese pitón y la primera ovación tronó en los tendidos, los naturales de olé los cuatro y otra ovación; torear con autenticidad gusta a tirios y troyanos, un redondo diestro que más parecía un circular de esos de 360º, nos demostró lo que siempre estamos pidiendo, el toreo auténtico sin trampa ni cartón, no arrugándose en ningún momento el torero.
 Para el quinto, Aguilar se reafirmaba una vez más en Madrid Para mayor alegría nuestra y de todos los aficionados, tomó la tizona, cuadró al toro en la suerte natural para dejar un espadazo certero que mandó al otro mundo y sin remisión a su oponente; nevada de pañuelos en todos los tendidos y oreja por un buen toreo y para un excelente torero. Una larga ovación fue con la que premió el público cuando Alberto Aguilar desandaba el paseíllo.
 Y así concluyó una brillante actuación Feo, soso y escarbando fue el 1º bis para “El Capea”, que lo único que pudimos ver fueron cuatro verónicas de buen corte y que se aplaudieron a modo de saludo, ya que con la franela su labor decayó en intensidad totalmente y sin trasmisión alguna, más aun cuando se puso encimista, cosa que tan poco gusta en los madriles. Con la espada, una media caidilla y tendida, más dos descabellos dieron cuenta del soso animal. Un toro cornalón y sin fuerzas fue el segundo de su lote con el hierro de la Puerta. Fue una pena que no nos dijera absolutamente nada con el trapo rojo por ninguno de los dos pitones a su labor le faltó alma y otras cosas más. Despenó al de la Puerta de un pinchazo por salirse de la suerte y de tres cuartos de estocada y tres golpes de cruceta, el último descordó al sobrero. Silencio para el matador en sus dos toros.
 De resto, poco o nada El tercer toro de la lidia fue devuelto a los corrales y Sebastián Ritter corrió turno, un ejemplar válido, pero al que el colombiano toreó a trallazos no transmitiendo en absoluto a los tendidos, teniendo que recurrir al arrimón y lo mejorcito del colombiano fue despacharlo de un espadazo fulminante. Orientándose y olisqueando salió el morlaco que cerraba corrida. No estuvo mal al inicio con doblones solventes, pero el animal pronto buscó los tobillos de su matador, quizás por falta de mando y las cosas se torcieron definitivamente para el de Medellín, porque para más desdicha se le atravesaron las armas toricidas, especialmente con el descabello en que tuvo que utilizarlo en dieciocho ocasiones, escuchó los tres avisos, pero al acertar el último golpe el toro por fin entregó su vida.
 Salvo que Ritter pasó las de Caín para despachar al sexto De las cuadrillas dos de los de plata escucharon aplausos, ellos fueron: Rafael González a las órdenes de Aguilar y Jesús Robledo “Tito” de la cuadrilla de Ritter. También escuchó aplausos camino del patio de cuadrillas el picador Juan Carlos Sánchez perteneciente a la cuadrilla de Aguilar.
Y mañana la primera corrida con ganado del llamado duro: Los de Fernando Cuadri. Para Javier Castaño, Iván García y Juan Carlos Venegas que confirma alternativa.
*Fotos: Muriel Feiner.
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