|
Durante la faena de cualquier torero y, mientras se cumplen los tres tercios de la lidia, nadie se encuentra fuera de peligro sí, por su actividad profesional, están ubicados en el interior del ruedo. El hombre del castoreño que salió en la cuadrilla de Alberto Aguilar, de nombre Francisco Javier Sánchez, sufrió un tumbo y salió despedido desde lo alto, para dar con su cabeza contra la arena, resultando con un fuerte golpe en la nariz pero, ¿serán esas las únicas consecuencias del fuerte golpe? Que yo recuerde, los boxeadores -generalmente- sufren las consecuencias de los golpes recibidos, mucho tiempo después.
Miraba a través de la televisión, desde mi Quito querido, una nueva corrida de toros, que forma parte de la Feria de San Isidro del 2014, desde la Monumental Plaza de Toros de La Ventas cuando, como ha sido ya tradicional, el ganado no permitió el lucimiento de los matadores y, tan solo, Alberto Aguilar, pudo cortar una oreja de su segundo enemigo, luego de una inteligente faena. Poco pudieron hacer Pedro Gutiérrez “El Capea” y, Sebastián Ritter.
 Los tumbos ponen en riesgo a los picadores, a los caballos, a los monosabios Salió por el embudo de los sustos, Lirio, con 568 kilos sobre sus lomos, un hermoso castaño, de la ganadería de Montealto. Luego de que Alberto Aguilar lo recibiera con el capote, el picador Francisco Javier Sánchez colocó la vara en el morrillo del astado, y el animal, bajó la cabeza y empujó con los cuartos traseros hasta conseguir que el caballo se elevara y, de un solo movimiento, desmontó al hombre del castoreño, cayendo éste, espectacularmente, en la arena y golpeándose en la cara. Se pudo observar sangre en la nariz del varilarguero quien, acompañado por otro picador, ingresó a la enfermería. Su hermano, Juan Carlos Sánchez, cubrió la segunda vara de este astado.
Mucha gente que poco conoce de lo importante que es el primer tercio, llamado también como tercio de varas, recibe en mala forma a los hombres del castoreño pues, consideran que no se debería cumplir con esta sagrada misión de la tauromaquia pero, si usted forma parte de ellos, se han puesto a pensar los peligros que tienen los picadores, cada vez que salen a la arena a cumplir con su trabajo? Pues, en esta oportunidad han podido mirar, tan solo lo que puede ocurrir por la caída del caballo. ¿Y si además de ello, son corneados por los astados, o sufren golpes de mayor consideración? Porque, también hay que considerar que otro ser vivo sufre cuando ocurren estos tumbos, ellos son los caballos. El peto que utilizan ahora, se lo confeccionó para evitar la muerte de los equinos que, en la anterioridad quedaba despedazados sobre la arena. En otras palabras, se trata de uno de los tercios más importantes de la lidia, ya que, si se cumple como establecen los cánones taurinos, el toro sale de la suerte de varas, con menos potencia y, sobre todo, con su cabeza ahormada, para poder cumplir en el resto de la faena en mejor forma. En medio de todo, en esta ocasión, fue una caída espectacular pero, sin mayores consecuencias.
*Foto: Muriel Feiner.
|
|