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Tras el triunfal paréntesis semanal de los sábados por los rejones (ayer Sergio Galán consiguió abrir la puerta grande tras cortar tres orejas), esta tarde vuelven las corridas de a pie. Jornada podríamos llamar de transición pues a partir de mañana comienza la última semana de este San Isidro y llegan las llamadas ganaderías "toristas" a uno de los cosos donde más se las espera, quiere y respeta. Pero antes de que Cuadri desembarque mañana en Madrid con un aluvión de aficionados al Toro-Toro, hoy domingo volvemos a tener programado uno de esos carteles medios, sin relumbrón, pero con algo de interés. Eso sí, al final el cartel tiene menos alicientes que en un principio. La grave cornada sufrida por Paco Ureña el viernes lógicamente le impide cumplir con su segundo paseíllo en el abono y su lugar lo ocupará Sebastián Ritter. Sinceramente, no me convence la sustitución. ¿Qué ha hecho Ritter para volver a estar hoy en Las Ventas? Este colombiano es un torero de indudable y frío valor, que se siente muy a gusto en las cercanías, encima de los toros, pero que aún no ha utilizado ese valor para torear. Además, por su juventud anda muy escaso de oficio. En su primera actuación este mes, otro domingo ante la de Couto de Fornilhos, quedó casi inédito, pero la realidad es que estas semanas han pasado otros matadores que han destacado más que él. Pero si hay alguien que sobra por completo de esta feria ese es El Capea. Pedro Gutiérrez, hijo del importante torero del mismo nombre, vuelva al coso madrileño un año más y nadie entiende porqué. Bueno, sí, por los buenos padrinos que tiene y por su reconocido apellido...
Alberto Aguilar es la mayor esperanza de este domingo... según el pronóstico Y, al final, sobre el que recaen las esperanzas del aficionado es sobre Alberto Aguilar. El madrileño, uno de los toreros más destacados del San Isidro de 2013, regresa para cumplir con su primer contrato y con la obligación de triunfar con rotundidad para volver a salir de la difícil posición en la que se encuentra actualmente. Diestro de gran valor y con un buen concepto del toreo, que pese a ser un especialista ante los hierros más duros del campo bravo, hoy mata la de Montealto. Y no se le dio mal esta divisa a Aguilar el año pasado porque, si no recuerdo mal, ante esa corrida estuvo a punto de salir a hombros tras ofrecer una gran dimensión. Ah, y también era domingo... Y ya veremos el juego de la de Montealto, ganadería con una buena trayectoria en Madrid, pero que últimamente no está respondiendo precisamente a esta fama. Esperemos que los astados de hoy se parezcan poco (en todo) a los tres novillos que lidió el lunes al remendar la novillada de Guadaira. Toros de Montealto, bien presentados y nobles, pero de poca casta y fondo. El Capea: silencio en ambos Alberto Aguilar: saludos y oreja Sebastián Ritter: saludos y silencio.
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