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La Ficha del Festejo.
Fea se presentaba la tarde, los negros nubarrones amenazaban lluvia, que haberla la hubo, aunque en algunos momentos lució Lorenzo. Los tres cuartos de entrada de la decima novena de este largo ciclo, no dio para mucho, más por culpa de los ibanes que por la terna, que pusieron todo su empeño, pero fue totalmente inútil dada las reses que salieron por la puerta de chiqueros. Los tres toreros lo pusieron todo, todo, pero cuando no hay enemigo la cosa se pone cuesta arriba sin remisión. Robleño hecho un jabato, Bolívar incluso se jugó el tipo en el toro cuarto y Rubén Pinar, estuvo pulcro en su lote.
El encierro de Baltasar Ibán, impecable de presentación, agresivos de pitones, a más de uno se le aplaudió de salida, pero luego tras la escasa lidia que dieron se les pitó camino del desolladero, digamos que medio se salvan los dos primeros toros, que para mí, inexplicablemente fueron aplaudíos y hasta ovacionados en el arrastre, ninguno los dos se lo merecían, eso sí acudieron desde considerable distancia al caballo encastados, pero luego al llegar al último tercio se desinflaron como se desinfla un globo; resumen un ganado sin condumio ni nada dentro; con tal material el triunfo es inalcanzable por más se quiera, nos decepcionó a todos.
Robleño en redondo con el primero, el más manejable pero soso El torero madrileño Fernando Robleño, estuvo toda la tarde como un legionario, peleándose con su lote sin conseguir nada en claro y eso que medio logró saludar a “Camarito”, con cuatro verónicas y la media de remate que el respetable aplaudió sin reticencias. Incluso con el trapo rojo al citar de lejos, logró una muy aceptable tanda con la diestra, pero al torear por naturales el de Ibán empezó a protestar y buscó los tobillos del torero, pulcro estuvo Fernando en su labor, pero no así con el acero. Silencio en los tendidos. Ganas tenía el espada y con la muleta en ristre y sentado en el estribo inicio la faena al cuarto con pases por alto, el público le premió con palmas ya en las afueras tres derechazos de buena caligrafía, pero por el otro pitón, es decir el zurdo, nada había que hacer y mira que insistió pero naranjas de la china, ya no había toro. Lo despachó de una media arriba y se le atraganto el verduguillo. Mi querido Fernando otro día será y posiblemente en otra plaza.
Bolívar en un pase de pecho El primer toro del lote de Luis Bolívar embestía con brusquedad y a gañafones, doliéndose en el segundo tercio, y apenas se tragaba y a regañadientes el primer muletazo, había mucho que tragar y el colombiano tragó valientemente teniendo que torear de uno en uno cada pase. Pero al de Cali también se le atragantaron los aceros, escuchando desde el palco un sonoro aviso. Me lo tienen que explicar a que se debió esos aplausos y hasta ovación al morlaco. El quinto durante la faena de muleta perdió los cuartos traseros al salir de uno de los muletazos diestros; desilusionados tanto el matador como los asistentes, lo más acertado era matarlo, Bolívar lo hizo de una estocada casi entera delanterilla y de un certero descabello. Otro silencio sepulcral para el de Colombia.
Rubén Pinar también se estrelló con el lote Qué cosas feas hizo el tercero de la tarde que correspondía al manchego de Tobarra, Rubén Pinar, que estuvo más que aseado ante su oponente, especialmente toreando a derechas, pero como no había enemigo ni que rascar lo pasaportó sin más dilación de un pinchazo hondo y un certero golpe de cruceta. Dubitativo y desconfiado encontramos al de Tobarra ante el toro que cerró el festejo, que pese a que el torero le cuidó en varas, el de Baltasar no quiso pelea alguna, eso disgustó a los parroquianos que empezaron a protestar y no faltos de razón. Lo mejorcito de la tarde fue en el momento en que Pinar despachó al animal de una estocada entera en los rubios de muy buena ejecución del que salió muerto el Ibán sin puntilla.
Juzguen ustedes mismos y califique el festejo de la forma que crean más conveniente.
Otra vez se desmonteró Ángel Otero tras banderillear Otro día de lucimiento de las cuadrillas. Bien, los del castoreño en los toros, 1º y 2º es decir “El Victoriano” y Alfonso Doblado que fueron aplaudidos camino del túnel de la cuadrilla de Robleño, de la de Bolívar Luis Miguel Leiro y de la de Pinar, Daniel López. Con los zarcillos y por segundo día consecutivo se desmontero Ángel Otero a las órdenes de Robleño y por último se aplaudió a Raúl Adrada de la cuadrilla de Bolívar.
Y mañana otra de figuras de esas que agotan la localidades.
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